Un nuevo plan aspira a rescatar el yacimiento de Castro Alobre

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

A finales de mes arrancarán los trabajos de limpieza de este enclave

06 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Unos muros escapando de la tierra y unos carteles que apenas se leen. Eso es todo lo que queda en O Montiño de las cinco campañas arqueológicas que entre los años 2001 y 2009 prometían sacar a la luz los secretos del Castro de Alobre, devolviendo al viejo poblado castrexo parte del esplendor perdido y a los vilagarcianos un lugar en el que reencontrarse con su historia. Cuatro años después de que se cerrasen en falso aquellos trabajos, la Diputación ha decidido apostar por este enclave arqueológico, y gracias a esa apuesta, a finales de mes una brigada desembarcará en O Montiño.

Una vez allí, arqueólogos y personal de apoyo empezarán por limpiar los restos descubiertos y adecentar el entorno. El trabajo será arduo, ya que se retirarán los eucaliptos cuyas raíces amenazan a las estructuras que duermen bajo la tierra. Un levantamiento topográfico será otro de los pasos que se deberán dar antes de que se empiece a excavar una superficie de unos mil metros cuadrados que permitirá una aproximación a lo que fue Castro Alobre.

Aún más antiguo

De esta forma, quedará al descubierto una pequeña parte de lo que debió ser un «poboado castrexo importante, que sen dúbida chegaba ata o mar», según avanzaba ayer Rafael Rodríguez, arqueólogo de la Diputación. En los últimos meses ha estudiado parte de las piezas recuperadas de las entrañas de la tierra de O Montiño a lo largo del tiempo. Una de ellas, una fíbula de Navicella desenterrada hace un siglo por Fernández Gil y Casal, parece cuestionar la cronología admitida del yacimiento. Este estaba fechado hasta ahora en el siglo dos antes de Cristo, pero podría ser cuatro siglos más antiguo.

Despejar esas y otras incógnitas dependerá de los arqueólogos. Pero convertir el patrimonio que se desentierre en riqueza va a depender «de todos», según recordó ayer el presidente de la Diputación, Rafael Louzán.