La reinterpretación del Loxe Mareiro en clave 2.0

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

25 jun 2013 . Actualizado a las 06:50 h.

Hace ya dos años que Nacho Salorio se fue. Pintor, cocinero, abogado, humanista, su proyecto vital, encarnado junto a Emilia Graña en el Loxe Mareiro, de Carril, quedó congelado en el tiempo. Cristina Marcos y Álvaro Martínez trataron de insuflarle nuevos bríos el verano pasado sin que su esfuerzo se viese premiado con una imprescindible continuidad. Hasta ahora. Ayer, como presentación provisional en sociedad aprovechando un espléndido San Xoán, y a partir del 2 de julio de forma estable, el Loxe abrió de nuevo sus puertas, esta vez bajo una fórmula completamente renovada y el influjo matriz del compostelano Abastos 2.0.

Una reinterpretación de la taberna del mar

El desembarco 2.0, liderado por Iago Pazos y Marcos Cerqueiro, supone, para el Loxe, un vuelco formidable. Su interior, plagado de elementos íntimamente ligados a Nacho y Emilia, ha sido vaciado por completo. Ninguna otra sintaxis tendría, probablemente, sentido. La idea se desarrolla en tres espacios. La explanada es la terraza. Allí, en mesas corridas que los comensales compartirán, se desarrollará aquella cocina inaugural del Abastos, «cociña miúda» para, en este caso, «ser comida coas mans». El siguiente paso es el comedor. Un espacio limpio, blanco, en el que la luz que entra a raudales lo domina todo. Mesas de intencionada rusticidad, vajillas a la antigua usanza popular, metal bañado en loza, tazas para el vino. Típicas sillas de los años 70, cuyas estructuras, rehabilitadas, han sido procuradas con esmero en mercadillos. Una carta sencilla que reinterpreta el espíritu de las tabernas mariñeiras y recupera el sentido de una ensalada normal, de unos calamares de verdad. Y siempre tres propuestas de peixe. El barco de piedra que fue el Loxe vuelve a navegar con estas premisas, que aún reservan una tercera sorpresa para el Carril gastronómico.

Iván Domínguez, una garantía a los fogones

La cocina y el antiguo estudio son ahora un único espacio. En él desarrollará Iván Domínguez, mano derecha de Marcelo Tejedor durante muchos años, su arte culinario. En su mesa se asumirá un mayor riesgo.