Corvillón busca enterrador

Rosa Estévez
Rosa Estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

El párroco señala que el puesto «será para alguien de la parroquia»

12 abr 2013 . Actualizado a las 13:56 h.

Hace seis meses, un desgraciado accidente segó la vida de Benito, un jubilado de Corvillón que se encargaba de mantener en buenas condiciones el cementerio parroquial. Desde entonces, el camposanto no ha tenido quien lo mimase, quien limpiase los hierbajos que crecen por doquier, ni quien retirase lo que está roto o estropeado. La ciudad de los muertos comenzaba adquirir un aspecto selvático, así que el cura párroco ha decidido emprender la búsqueda de un nuevo enterrador.

Una serie de carteles, colocados en «los lugares de costumbre», advierten de una oferta que, según explica el cura, «es para gente de la parroquia». Y es que Don José, que así se llama, sabe que «estamos en los tiempos que estamos», tiempos de paro y crisis en los que abunda la gente dispuesta a aprender, si fuera menester, el oficio de enterrador y de encargado del cementerio. Así que, tal vez para evitar avalanchas, el cura ha decidido poner límites geográficos a su oferta. Aún así, ya hay cuatro aspirantes a hacerse con esa plaza. Pero «hay más gente preguntando por ahí», según explicaban ayer vecinos de Corvillón. Así que la nómina de interesados aún podría engordar en los próximos días.

Máxime si, tal y como quieren el cura y varios vecinos, las cosas se hacen «bien» y el elegido para mantener en buen estado el camposanto tiene un trabajo con todas las de la ley. Para lograrlo, se plantea constituir una comunidad de propietarios del cementerio que supondría a cada uno de los 536 dueños el pago de 15 euros anuales. De ese total, diez euros se destinarían a pagar los trabajos de limpieza y mantenimiento de las zonas comunes y los pasillos del camposanto, y el resto se mantendría como fondo de emergencia, a fin de hacer frente a los imprevistos que puedan surgir.

Eso dejaría libres unos 5.300 euros para la contratación de un trabajador, cuyas horas de trabajo aún estarían por establecer. Quien finalmente se hiciese con ese contrato podría ver redondeados sus ingresos con las cantidades que las funerarias aportarían cada vez que se celebrase un entierro.

Que estos planes lleguen a buen puerto va a depender de que los propietarios de panteones y nichos en el cementerio de Corvillón apuesten por constituir la mencionada comunidad, a través de la que articular estas y otras cuestiones. En una de las partes del cementerio esta fórmula ya está funcionando, y con bastante éxito. Algo más de un centenar de vecinos se han organizado para hacer frente a gastos y obras comunes. Y están dispuestos a extender su modelo al resto del camposanto de Corvillón.