Recetas de toda la vida para combatir la demencia senil

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso SANXENXO / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Los sabores de la infancia ayudan a los enfermos a recordar

10 mar 2013 . Actualizado a las 06:50 h.

Tener un lugar en el que contar lo que le estaba pasando y, de paso, en el que dejar las recetas de cocina que siempre le pedían sus amigos. Con esta intención nació La cocina de mi abuelo, un blog que hoy es de los más conocidos en la red y que recibe dos mil visitas diarias. Su autora es Rocío Garrido, una vecina de Vilalonga que un buen día tuvo que dejar de trabajar para hacerse cargo de su abuelo, al que un ictus le había causado demencia senil. En Internet lo bautizó como Yayo, y aprovechó su blog para contar su enfermedad y cómo la comida es también una forma de terapia. Yayo falleció hace ya un mes pero su esencia sigue viva gracias a su nieta. Y a sus fans, que se cuentan por miles en la red.

«Creei o blog coma unha vía de escape, unha fiestra para saír da casa», reconoce ahora Garrido. Quería «facer un recetario e un pouco de terapia. Contar a evolución da enfermidade do meu avó», añade. La pasión por la comida le viene a esta vecina de Vilalonga de familia y, por eso, enfermedad y gastronomía maridaron a la perfección. «El contábame de cando era pequeno e pedíame comidas. E aproveitei o blog para recuperar todas esas receitas», afirma.

De este pacto se benefició sobre todo Yayo, pues Rocío sostiene que «ás persoas con estas enfermidades axúdalles a mellorar. Intentamos que a través da comida o cerebro se active». Su sistema consistía en preguntarle qué comía de pequeño, «porque eles queren recuperar eses sabores». Con ello se logra «que estas persoas volvan ter unha vida» y, al mismo tiempo, se garantiza que estén bien alimentados. «O médico díxome que aguantou tanto porque estaba moi ben alimentado, estaba forte».

Su blog pronto se convirtió, además de un recetario de cocina, en una guía que ayudaba a otros cuidadores. En ella se enseñaron trucos «para esconder as proteínas que tanta falla lles fan» o para variar los sabores «cando teñen que comer papilla, para que non se aburran». Había recetas de gelatinas aromatizadas y remedios naturales contra el estreñimiento. Yayo pronto se hizo famoso. «Moita xente sentíase identificada porque tiña dependentes na casa, Ás veces os coidadores facemos a estos enfermos máis dependentes do que son. E por iso está ben recibir consellos», relatas Rocío.

Lo mejor de todo es que Yayo se daba cuenta de todo y, de vez en cuando, preguntaba por sus fans del ordenador. «Dicíame ¿que me mandaron esta vez?», explica. Y le encantaba saber que era tan famoso. Tenía a más de dos mil personas pendientes de su salud.