«Ancha es Castilla»

La Voz ARQUITECTO

AROUSA

10 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

No es fácil este artículo. Sobre los rellenos ya está todo dicho por multitud de colectivos y personas sensibles y comprometidas que dejaron bien claro que un relleno es una agresión brutal al medio, al paisaje, al ecosistema, ya sea este realizado en las orillas de un río, en la montaña o en la línea de costa. Es lo más oportuno y conveniente su no existencia. Lo increíble del caso es que se siguen realizando, quizás por la ilusa creencia de que «ancha es Castilla» y de que la inmensidad lo admite todo. Lejos de esta estúpida creencia, un relleno altera muchas cosas básicas y fundamentales. Las ciudades se las han repartido las diferentes administraciones que han intentado resolver sus problemas sin contar con las demás. No existe un objetivo común ni una línea conjunta de actuación. Planes Generales, Planes Portuarios, Costas del Estado, Medioambiente? En fin, multitud de burocracia que merma las posibilidades futuras de las ciudades y sus habitantes.

Vilagarcía, Vilaxoán y demás ciudades costeras, se han transformado completamente a consecuencia de los rellenos. Allí las administraciones competentes han impuesto sus puertos por encima de la villa. Puerto que, en el caso de Vilagarcía, estrangulan la ciudad ocupando todo su frente al mar, y también carece de idoneidad operativa por insuficiente calado.

A pesar de todo esto, se le dotó de superficies de maniobra, rellenos a costa de la ciudad, que sirvieron de almacén de grandes bloques de granito, de contenedores sin contenido, de artefactos para recoger hilillos de chapapote, de explanadas vacías? Y ahora también de líneas de ferrocarril que seccionan la ciudad remarcando fronteras y poniendo tierra en medio. Por si esto fuera poco, tiene nefasta ordenación, sin importar el trazado urbano de la ciudad que tanto en Vilaxoán como en Vilagarcía estaba fundamentado en el sol y el mar cercano, terminando muchas de sus calles en la línea de borde marítimo que coincidía con la zona de paseo y esparcimiento. Por todo lo dicho, propondría que, de la misma manera que se actúa en la rehabilitación de un histórico edificio al que el tiempo le ha pegado apósitos informes, su eliminación. Lo malo es ¿qué hacemos con tanta tierra?