Cientos de personas desafían a la lluvia para evitar que Cuca cierre

María Santalla VILAGARCÍA / LA VOZ

FIRMAS

MONICA IRAGO

La plantilla reclama al presidente de la Xunta que reciba a sus representantes

24 ene 2013 . Actualizado a las 15:07 h.

La jornada no invitaba a salir de casa, porque la lluvia apenas dio tregua en todo el día. Pero cientos de personas decidieron que las razones de las mujeres de Cuca eran mucho más poderosas que las inclemencias meteorológicas, así que se pertrecharon con paraguas, gabardinas y gorros y salieron a manifestarse para defender la continuidad de la conservera de Vilaxoán.

A las siete y media de la tarde estaba previsto que la plantilla saliese de la fábrica y desde allí marchase hasta Vilagarcía. Y así fue. A las siete y media en punto se pusieron en camino acompañadas por un buen número de vecinos y encabezadas por la música de Os Terribles de Arousa. A esa comitiva que alternó los gritos de «No nos moverán» con los cánticos de «Na beira do mar», fueron sumándose poco a poco nuevos integrantes, de modo que al llegar a la capital arousana la fila sumaba ya varios cientos de personas.

Frente a la Casa do Mar aguardaban a las trabajadoras un buen número de personas que las recibieron con aplausos y se sumaron a la protesta mientras ellas coreaban «Cuca non se pecha». La marcha discurrió con rapidez, porque la lluvia no invitaba a demorar el paso: desde A Mariña, una vez pasada la Casa do Mar, enfiló hacia Rey Daviña y después hacia Ravella por Ramón y Cajal.

La plantilla había hecho un llamamiento a los colectivos de Vilagarcía para que apoyasen la protesta. En respuesta a esta convocatoria, muchos establecimientos lucían ayer carteles de apoyo a la pervivencia de la conservera de Vilaxoán, y algunos incluso cerraron sus puertas en señal de apoyo.

Una vez frente a la Casa Consistorial fue María José Mariño, del comité, la encargada de leer el comunicado, después, eso sí, de agradecer la presencia de las tres mil personas en las que cifró la asistencia a la manifestación. En su manifiesto, las trabajadoras expresaron su convicción de que cuando sean trasladadas a O Grove habrá allí un exceso de personal, de manera que el siguiente paso será la extinción de los puestos de trabajo. «Xa o grupo Garavilla ten disminuído en número moi importante os postos de traballo ao longo dos últimos anos na planta do Grove». A estos puestos, argumentan, se unirán los de los trabajadores eventuales y los indirectos.

La plantilla insiste en que estas medidas no tienen justificación, puesto que la empresa no tiene pérdidas económicas. «Fano para ter máis beneficios a repartir entre os accionistas», gritó entre aplausos de sus compañeras. Para las operarias de Cuca, no es cierto que el mantenimiento de la empresa en Vilaxoán no sea viable: «Conservas Cuca ten capacidade produtiva, ten marcas de calidade caracterizadas pola súa elaboración artesanal e moi apreciadas polos consumidores; ten maquinaria moderna aproveitando o proceso modernizador fomentado polos fondos europeos para a pesca; ten 16.000 metros cadrados valeiros para ampliar as súas instalacións industriais, e ademais ten o esforzo dos seus traballadores».

Todos estos motivos son, dicen, los que les llevan a luchar contra el cierre, y también a hacer un llamamiento al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, para que adopte medidas contra la desaparición de esta industria y para que reciba a los representantes de la plantilla.