Creen que ese es el espíritu de varios artículos de la ordenanza de playas
17 ene 2013 . Actualizado a las 06:52 h.Tras leer y releer el borrador de la ordenanza de playas encargado por Fredi Bea, la ejecutiva del PSOE en O Grove ha encontrado hasta doce objeciones a ese documento. Un texto que, en todo caso, consideran «innecesario» ya que «as actividades lúdicas, deportivas e incluso de explotación turística lévanse desenvolvendo sen ningún tipo de problemas nos areais do Grove dende hai décadas».
Sin embargo, la ordenanza está sobre la mesa. Y se convierte, según el PSOE, en un ejemplo de ese «exceso de lexislación e regulamentación á que o tripartito está sometendo aos veciños, aos sectores produtivos e incluso aos visitantes» y que está «afogando á vila». Esos excesos que, dicen los socialistas, ya han provocado «a desaparición da actividade lúdica da vila», amenazan ahora con llegar a las playas a través de una ordenanza que «fai sospeitar de intereses ocultos pouco éticos, e transluce unha forma de facer política baseada na penalización e nuns obxectivos de recadación desmedidos».
Tras dejar claras estas cuestiones, el PSOE desmenuza hasta doce artículos que, a su juicio, convierten a la ordenanza en un despropósito. En algunos casos, porque se pretende regular cuestiones subjetivas (cuándo resulta molesto el volumen de la radio o un juego de pelota). En otros, porque hay cuestiones de difícil comprobación, como las evacuaciones fisiológicas en el mar. También apunta el PSOE a que hay artículos que pretenden únicamente «amarrar as partidas para Protección Civil de tal xeito que, independentemente dos recursos que poida ter o Concello, a ordenanza garanta un nivel de gasto permanente neste corpo». Además critican que se intente establecer las concesiones, autorizaciones y licencias de servicios en las playas por cuatro años, lo que impediría actualizar el precio de las mismas en ese período de tiempo.
El PSOE ironiza sobre la intención del gobierno de prohibir el nudismo -artículo ya enmendado- y sobre otras prohibiciones que atentan contra «a realidade do Concello», ya que se prohíbe hacer fuego en la arena, con lo que el San Xoán queda en entredicho; se prohíbe también la circulación con vehículos de todo tipo, «o que supón negar a práctica habitual de que os mozas acudan á praia en bicicleta»; o incluso contra la prohibición de «deixar instalados parasoles» para reservar un espacio en la playa. «Aquelas persoas que queiran dar un paseo, bañarse ou ir comer a un chiringuito poden atoparse, ao seu regreso, cunha multa de entre 60 e 300 euros».