Es el sueño de muchas mujeres: vestirse de pies a cabeza por tan solo diez euros. No es un propósito sencillo, pero es posible conseguirlo gracias a unas primeras rebajas que han llegado más agresivas que nunca, retando a la propia crisis. Los comercios de Arousa han estrenado sus escaparates este año con descuentos de hasta un setenta por ciento, pero adentrándose en las tiendas se pueden encontrar ofertas incluso mejores. Se trata de prendas de temporadas pasadas de las que solo quedan tallas sueltas o, en el caso del cazado, los pares de zapatos que todavía buscan a su Cenicienta. Y hay que ser justos, el milagro no surge con cualquiera. Como pasaba en el cuento de hadas, en contadas ocasiones el número que queda encaja en el pie de la compradora y solo una afortunada se los lleva a casa, la primera que dé con ellos. En esta gesta, como en la vida misma, la suerte la suele tener quien la busca persistentemente; quien rebusca.
De caminata
Como en un cielo estrellado, los carteles con descuentos orientan al comprador y lo deslumbran con sus increíbles precios en tonos vivos. Camisetas básicas a 2,99 euros, minifaldas a 4,95 y bailarinas de todos los colores y números por 4,79. No es necesario recorrer muchos metros para encontrar estas gangas, que se concentran entre las calles Rey Daviña y Arzobispo Lago. Pero en pleno invierno apetece una prenda con manga y, en apenas una hora, damos con ella en una tienda de complementos y textil en plena Plaza de Galicia. Se trata de un coqueto vestido marrón con bordados en blanco que hace cuatro meses costaba 27,99 euros y que ahora marca 21 euros menos. Por si no fuera suficiente, la encargada del establecimiento (Beatriz Meléndez) no duda en planchárnoslo antes de que tengamos tiempo a pagar.
Pero lo más complicado, sin duda, es vestir los pies, más con un presupuesto tan ajustado. Con tres tristes monedas de euro parecía una empresa casi imposible. La caminata se hizo más larga que en el caso del vestido, pero finalmente se obró el milagro. Un solitario par de bailarinas de color crudo y cámel, las últimas que quedaban de la colección de primavera del 2012, hacen el cuento realidad. Costaban 16,90 y se rebajaron un cuarenta por ciento, pero al ser el único par de la tienda de calzado y complementos de Edelmiro Trillo, la propietaria -Beatriz Lozano- les aplicó un descuento especial para venderlas.
Con un euro en el bolsillo y la satisfacción de haber invertido con acierto cada céntimo, solo queda pendiente la bisutería para completar el conjunto. Unos pendientes clásicos a precio de un café sirven la guinda del pastel, y hasta nos podemos permitir el lujo de elegir el color y combinarlos con las bailarinas. He ahí nuestro final feliz.