Las patrullas de Vilagarcía velan cada noche por 65.000 vecinos

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Seis concellos dependen de la vigilancia de la Guardia Civil de la ciudad

09 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La crisis incrementa el número de pequeños robos, y la dispersión geográfica gallega hace de los solitarios núcleos rurales un caramelo para los amigos de lo ajeno. A todo ello se suma que es habitual que en casas apartadas vivan ancianos en soledad que no tienen ni a quién pedir auxilio si son asaltados en sus domicilios. Los ladrones lo saben, y por eso centran en ellos sus objetivos. Los vigilan, se percatan de que viven solos, estudian la manera de entrar en casa y los atracan sin importarles en absoluto si para ello tienen que agredirles, herirles o hasta matarlos, como ya se dio algún caso.

Ocurre en toda Galicia y O Salnés no es una excepción. Algunos casos se han vivido en los últimos meses, como el del bodeguero Luciano Núñez, en Tremoedo, o el de Montserrat Otero, que regentaba el bar de la playa fluvial de Vilarello, en Valga. En ambos, cuando llegó la Guardia Civil, los autores de los atracos con agresión incluida ya estaban lejos.

Es una queja recurrente de los alcaldes de la comarca, sobre todo los de los concellos más pequeños, con más vecinos que corren estos riesgos y con menos medios para atajarlos. Los regidores de Valga, Pontecesures o A Illa se han quejado muchas veces y siguen exigiendo mayor presencia de la Guardia Civil, pero si ya no fueron oídos en tiempos de bonanza, menos posibilidades tienen ahora, cuando la tijera de la política de recortes también llegó a las fuerzas de seguridad.

Por la falta de medios y de agentes, muchas noches es el cuartel de Vilagarcía el que se hace cargo no solo de los municipios de su competencia, sino también de los del cuartel de Valga. Así, las rondas nocturnas de las patrullas cubren un área de casi 200 kilómetros cuadrados y protegen a una población de 65.000 vecinos, los de los concellos de Valga, Pontecesures, Catoira, Vilagarcía, Vilanova y A Illa. Así no es de extrañar que tarden cuando hay algún suceso y ellos están en la otra punta de la comarca.