La actividad se ha paralizado en la nave de Cuca, pero no totalmente. Los operarios de mantenimiento estaban ayer trabajando, y también dos mujeres en el almacén. Aunque son conscientes de que quienes siguen en activo tienen que «facer o que lles mandan», su sospecha es que las órdenes que ha recibido ese personal tienen que ver con el desmantelamiento de las instalaciones.
Ayer, a primera hora de la mañana, se extendió entre la plantilla el rumor de que durante el fin de semana habían salido de la fábrica mesas y ordenadores. Su objetivo ahora es que no se mueva una sola silla más de la histórica conservera.
Las mujeres han iniciado las guardias, pero eso no significa que vayan a abandonar otras líneas de actuación. Hoy mismo tienen una asamblea en CC.OO. para decidir los próximos pasos. Están a la espera también de mantener una reunión con el presidente de la Diputación, y pretenden encontrarse con los grupos políticos para tratar de que este conflicto llegue al Parlamento de Galicia.
Además, ahora sí, están comenzando a pensar en planificar una gran manifestación en la que pedirían el apoyo de toda la comarca en su intención de que se frene la destrucción de empleo. No hay que olvidar que sus cálculos son de que la desaparición de Cuca acarrearía la eliminación de más de 250 puestos de trabajo.