El primer reto será vencer la desconfianza

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor VILAGARCÍA

AROUSA

Análisis | El cuatripartito El futuro alcalde deberá pulir las aristas surgidas durante la negociación del pacto para fomentar un buen clima entre todos los socios de gobierno

12 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

El cuatripartito ha echado a andar. José Antonio Cacabelos Rico (PSOE) se sentará en el sillón de O Corgo y liderará un gobierno local de muchas siglas y difícil encaje. Si ya es complicado poner de acuerdo a nueve personas cuando militan en el mismo partido si esos concejales pertenecen a cuatro grupos diferentes es necesario tener mucha mano izquierda y mucho talante para que el pacto no salte por los aires a las primeras de cambio. Además, la negociación a cuatro bandas no ha sido fácil y ha producido aristas entre los socios, por lo que la primera misión de Cacabelos como alcalde de O Grove deberá ser limar esas asperezas y vencer la evidente desconfianza que existe entre las cuatro fuerzas que componen el futuro gobierno local. En el BNG, por ejemplo, no sentó bien que el Partido Galeguista (PG) pusiera como condición obligatoria para firmar el pacto hacerse con las concejalías de Deportes, Limpeza y Seguridade Cidadá. Pero casi les sentó peor que el PSOE aceptara esa imposición y, en cambio, prestara poca atención a la propuesta de los nacionalistas de crear una concejalía de Vivenda e Solo independiente de la de Urbanismo. Esa diferencia ha estado a punto de frustrar el cuatripartito de izquierdas cuando ya parecía una realidad y de devolver la alcaldía a Miguel Ángel Pérez (PP). No es menos cierto que con el cuatripartito se abre un período de gran esperanza en O Grove. Una etapa en la que se cuenta con lograr el apoyo de la Xunta para saldar la deuda histórica del municipio. Cacabelos Rico podría encontrarse con todo de cara para gobernar, porque en Santiago hay ganas de volcarse con los mecos para fomentar un gobierno de izquierdas más sólido dentro de cuatro años. Esa esperanza tan sólo tiene la incertidumbre de cómo será la relación entre las cuatro fuerzas del pacto. Quizás sea Esquerda Unida la que más claro tenga que hay que cultivar esas buenas relaciones para que la experiencia no termine en fiasco. Para empezar con buen pie y sin facturas pendientes, PSOE, PG y EU están ahora dispuestas a tomar en serio la única demanda del BNG: crear la concejalía de Vivenda e Solo y que sea el alcalde el que asuma Urbanismo. Parece un precio asequible para lograr la necesaria e indispensable confianza entre los socios.