Los ejercicios pusieron en evidencia la falta de formación específica en estas intervenciones El responsable de Europolyb reconoce que la violencia ha aumentado, aunque la provincia es segura
09 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.Unos terroristas suicidas con bombas han tomado rehenes en una hipotética escuela judía pontevedresa. Los primeros instantes son vitales. Los agentes se adentran en el centro educativo y abaten al primero de los delincuentes, que había abierto fuego contra ellos. Uno de los policías se acerca al cadáver. Se arrodilla y arroja el arma que portaba lejos del cuerpo. Se desata la locura. Un segundo terrorista se abalanza disparando sobre ellos. Este fue uno de los ejercicios que una quincena de policías locales de Pontevedra, Cambados, Redondela, Vigo o Sanxenxo, así como nacionales y guardias civiles pusieron en práctica ayer en el Real Club Náutico de Sanxenxo. Robert Thomas, responsable de la formación, explicó que se busca analizar la forma de actuar de la policía, «ya no sólo la reacción inmediata con armas, sino también la comunicación que se tiene que realizar después de haber disparado». Thomas les matizó algunos de los errores cometidos por los participantes en el simulacro. Entre otras cuestiones, reseñó que un agente, al retirar la pistola al cadáver, se había puesto en la línea de tiro de su compañero. Sobre esta cuestión, José Carlos Baquero, presidente de los Juegos Europeos de Policías y Bomberos, es consciente de que «hay muchísimo que mejorar». En este punto, añadió que «estamos acostumbrados a un trabajo diario pero no a las diferentes situaciones que se nos pueden presentar y que hoy en día, cada vez más, necesitamos este tipo de preparación para poder actuar en cualquier tipo de situación». Baquero resaltó el hecho de que cuando sucede algo grave «quienes primero llegan al sitio somos los que estamos a pie de calle. Los grupos especiales vendrán después, por lo que tenemos que estar preparados ante este tipo de situaciones». El presidente de Europolyb reconoció que «cada vez hay más violencia», si bien en Pontevedra «tenemos, gracias a Dios, suerte porque estamos bastante tranquilos y tenemos unos niveles de seguridad muy aceptables, pero no está descartado que en cualquier momento pueda surgir una historia de estas».