Ambos jugadores confían en que su paso por A Coruña y Ávila esta temporada sea trampolín hacia la ACB en Sar
06 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El Monbus Obradoiro siembra para el medio plazo. No es la primera vez. Hasta la fecha, sin éxito, con casos como los de Diop o Kosh, que no llegaron a cuajar. Este verano ha puesto los ojos en dos jugadores veinteañeros, el pívot brasileño con pasaporte nigeriano Michael Uchendu y el escolta Alfonso Ortiz. Uno ha sido cedido al Leyma Basquet Coruña, de LEB Oro, y el otro al Ávila, de LEB Plata. En ambos casos los contratos son multianuales, con cláusulas de extensión que pueden llegar a un máximo de seis años, pero también con opciones de corte pactadas por las dos partes.
En la presentación de ambos jugadores, José Luis Mateo, director general del club, dejó claro el escenario en el que les tocará moverse: «Uchendu es un jugador joven con un buen material físico, lo que ya le permite aportar en rebote o en algunas situaciones de bloqueo y continuación. Su techo lo deparará su humildad y capacidad de trabajo, el desarrollo técnico y el conocimiento del juego que vaya adquiriendo. La mejor cualidad de Ortiz es la puntería y los variados recursos que tiene para anotar. Tiene que mejorar su físico. Ya ha visto lo que es hacer una pretemporada con jugadores ACB. Su primera convocatoria internacional ha sido con la sub 20, y sin estar en ningún club ACB. Ambos jugarán en el Monbus Obradoiro si se desarrollan técnica y físicamente y tienen buena mentalidad. Es muy difícil llegar a la Liga Endesa».
Uchendu viene de promediar 5,7 puntos y 2,2 rebotes en algo más de nueve minutos en la Liga de Brasil, y 7,3 puntos y 5,5 rebotes en casi catorce minutos en la Liga de las Américas. En un español muy correcto, explicó que no había dudado en cuanto se le presentó la oportunidad del Obradoiro, al que conocía por partidos a través de Internet y por detalles que le comentó su compatriota Rafa Hettsheimer, que defendió la camiseta santiaguesa en la primera campaña en la ACB.
Ortiz procede de la Liga EBA, en la que promedió casi dieciocho puntos por partido. En su caso, recabó informes entre conocidos y este verano también coincidió con el fisioterapeuta, Tomas Richartz, en la selección sub 20.
Valoran que el Obra ha sido trampolín para muchos jugadores y aspiran a seguir esa senda.