El presidente de Cantabria abrió el ciclo de conferencias justificando la indignación con
la clase política
04 nov 2016 . Actualizado a las 23:25 h.
Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, en estado puro, cultivando el personaje, el del político campechano que trata de tú al presidente del Gobierno ?«Mariano, le digo», repitió varias veces?. con el que cualquiera se iría de vinos para escuchar sus historias. Y un Revilla capaz de llenar el salón del Restaurante Voar, con gente agolpada a las puertas, y no poca que se fue sin verlo. Fue el que ayer estuvo en Ribadeo abriendo los Foros de Debate que casi veinte años después vuelve a organizar el Grupo Voar y la Fundación Sargadelos.
Desde su primera intervención, Revilla mostró sus cartas: «Estoy sorprendidísimo y preocupadísimo de que yo sea noticia. Eso es síntoma de lo mal que va España. Un tío que lleva diciendo lo mismo toda la vida». Y se lanzó, desatando de cuando en vez risas en el público, repitiendo los argumentos que pregona en los platós, para no dejar títere con cabeza y justificar la indignación de la gente, todo ello salpicado de experiencias personales. Porque «lo gordo ?razonó? está en cuatro o cinco asuntos que no son de derechas ni de izquierdas, son de gente decente o indecente, pero nadie les mete mano». La amnistía fiscal, la justicia, el Senado «para colocar políticos», el «cuento» de la deuda... hasta las víctimas de la Talidomida sacó a colación para sentenciar que el panorama de España es de una desmoralización enorme.
Entre tanto Revilla el tema del foro por momentos pareció secundario. Era «Europa, un proyecto común». Para Revilla, Europa es una gran desilusión, insolidaria, una marioneta de Merkel. ¿Importaba? El público escuchó y vio lo que esperaba. Uno tiene la impresión de que si el tema hubiese sido el fútbol o las mariposas habríamos visto al mismo Revilla y habría llenado igual.