Una vecina admitió al ser detenida que rayó, picó y arruinó con lejía una casa en San Cibrao

La Voz VIVEIRO/ LA VOZ

CERVO

Es un ama de casa que conocía desde hace años a la familia

27 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las desavenencias y malas relaciones parecen estar detrás de los actos que supuestamente cometió una vecina de San Cibrao, una ama de casa de mediana edad, en la casa de sus vecinos, situada en la zona de Atalaia.

El pasado día 15, aprovechando que los moradores de la casa se ausentaron durante todo el día para acudir a una celebración familiar, la sospechosa habría entrado en la vivienda, destrozando meticulosamente cuanto había en el interior de la casa. Los daños siguen pendientes de una valoración definitiva, pero seguramente subirán de los 30.000 euros.

El grupo de investigación de la Guardia Civil de Burela detuvo a la sospechosa este miércoles, acusándola de un delito de daños y de robo con fuerza en las cosas. El modo de actuar apuntaba a alguien conocido de la familia y el uso de lejía, que utilizó en abundancia para arruinar ropas e incluso algún aparato eléctrico, sugería la participación de una mujer. Además, estaba el hecho de que los arañazos y daños causados en las paredes apuntaba a una persona de una altura media. Todo ello, unido a que tuvo que acercar una silla de la cocina para alcanzar la ventana que utilizó para escapar, junto a la sangre hallada en el lugar y en un contenedor cercano, llevaron a los especialistas hasta la sospechosa. Una vez detenida, parece que se derrumbó y admitió ser la autora de semejante «desfeita». Los dos únicos objetos que se había llevado de la casa, una planta ornamental y un cuadro, los devolvió.

La sospechosa quedó en libertad con cargos, a la espera de que la citen en el Juzgado de Viveiro a declarar.

El dueño de la casa destrozada declaraba ayer sentirse «algo sorprendido» de que fuera una vecina la detenida por los daños y se pregunta «por qué».

La causa podría estar en supuestas desavenencias y rencillas que acabaron provocando que dejaran de hablarse las familias, que se conocían desde la infancia. El perfil de la mujer, visto desde fuera, no deja de sorprender, ya que se trata de un ama de casa de mediana edad, casada y con descendencia. Además, parece que goza de poca salud, ya que tendría algún tipo de lesión en la espalda, lo que explica que los arañazos en muebles y paredes llegaran solamente a cierta altura y que para llegar a la ventana tuviera que valerse de una silla de la cocina. Sabría además, que la familia estaba ausente de la casa durante todo el día, por ello se tomó su tiempo para recorrer las tres plantas que tiene la vivienda dañando con meticulosidad cuanto se topaba en su camino. En la localidad los destrozos ya habían suscitado muchos comentarios, por lo cuantiosos y la inquina con que actuó el intruso con todo lo que había en la vivienda. Estaba claro que había algo personal.