Roban los rifles a dos cazadores de Burela y a uno de Muimenta mientras comían

X.M.P. RIBADEO / LA VOZ

BURELA

Rompieron las ventanillas de los coches para hacerse con las armas de los tres integrantes de una batida

16 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres rifles de la cuadrilla de caza Fontefría, que tiene miembros en la Terra Chá y en A Mariña, fueron robados tras romper las ventanillas de sendos vehículos todoterreno mientras comían. El suceso tuvo lugar el sábado a mediodía en Begonte, durante una jornada de batida contra el jabalí. Uno de los afectados es de Muimenta, y los otros dos son de Burela.

Los tres rifles estaban en sendos coches, que los dueños, con otros compañeros de una batida en la que participaban unos 20 cazadores, habían aparcado en la explanada de un restaurante de Fontefría, junto a la carretera Rábade-Vilalba (LU-541). Para acceder al interior de los coches alguien rompió las ventanillas. Parece que las tres se debieron de romper con la misma piedra, que apareció en uno de los vehículos.

Que las armas eran el objetivo del autor o de los autores del robo parece totalmente claro. En el interior de los coches había collares de los perros y equipos de radio, valorados en varios centenares de euros en cada caso. El responsable de la cuadrilla, Pablo Prado, explicó ayer que «só e exclusivamente» se había buscado robar los rifles. Las armas, que se guardaban enfundadas y tapadas dentro de los coches, eran bastante nuevas y cada una de ellas podría valer unos 2.000 euros, según comentó Prado.

Los cazadores pararon para comer tras una mañana en la que habían seguido el rastro del jabalí en terrenos pertenecientes al tecor Picoto-Pedroso, en el municipio de Begonte, y tenían pensado dedicar la tarde a cobrar alguna pieza. Una vez descubiertos los hechos, sin embargo, ya suspendieron la batida.

Que hubiesen sido solo tres los rifles robados parece deberse a que los coches estaban un poco más apartados que los otros en la explanada donde todos se habían estacionado. De todos modos, el cabeza de la cuadrilla considera que se trató de una acción totalmente preparada y que de antemano se sabía bien lo que se podía robar. Mientras los cazadores comían, no se observó nada que pudiese parecer sospechoso.

Los cazadores, todos con amplia experiencia en esta actividad, ya presentaron denuncia por los hechos. La reventa en el mercado negro parece una posibilidad para los autores de delitos como estos, dado que las armas, al quitarles la numeración de serie, encuentran salida por un precio superior al que pueden costar. La cuadrilla prevé mantener su actividad normal.