Tiran escombros de obra en A Roda, «el Stonehenge gallego»

J.A. BARREIROS / LA VOZ

BARREIROS

CEDIDA

El yacimiento, singular por sus similitudes con los henge británicos, fue objeto de un estudio para revalorizarlo, pero nada se ha hecho

19 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Escombros de obra, restos de ladrillos, cemento y loza, han aparecido en los últimos días tirados en el yacimiento paleolítico de A Roda, en Barreiros, una estructura prehistórica circular de 4.500 años de antigüedad, limitada por un foso, similar a las que abundan en las islas británicas, los henge, pero que hasta el hallazgo de A Roda no habían sido identificados y estudiados en ningún otro lugar de Europa.

El hecho no deja de resultar sorprendente, más allá de la propia infracción, por las molestias que se tomó quien tiró los escombros para llevarlos hasta el lugar del monumento y colocarlos sobre los restos del muro circular, cuando bien podría haberlo hecho en las fincas de monte que hay por el alrededor o, sin ir mas lejos, en las cunetas del acceso.

Cuando en el año 2006 se iniciaron los desmontes del tramo Barreiros-Reinante de la autovía del Cantábrico se sabía del yacimiento de A Roda. Pero se pensaba que era un castro más. Lo que ocurrió es que estaba mal localizado en los planos y las excavadoras se toparon con los muros circulares. El trazado de la autovía fue modificado y ahora el yacimiento se conserva en una parcela que pertenece al Ministerio de Fomento.

En verano un equipo de arqueólogos de la Dirección Xeral de Patrimonio trabajó en el lugar, avalando la singularidad de A Roda como un henge, con unos 50 metros de diámetro con dos muros concéntricos y un foso exterior de entre tres y cuatro metros de diámetro y uno de profundidad. Se conserva la zona de entrada, orientada al noroeste, y junto a ella una piedra que podría ser uno del os menhires que delimitaban el acceso.

Ese estudio pretendía sentar las bases para valorizar el yacimiento, pero lo cierto es que nada se ha hecho, sigue sumido en el olvido y, a pesar de su indudable valor, ni siquiera un cartel lo señaliza.