«Me encantaría jugar con mi hijo un último partido, el de mi retirada»

Iván Díaz Rolle
I. DÍAZ ROLLE FOZ / LA VOZ

A MARIÑA

MIGUEL

Sama fue una figura imprescindible durante los años dorados del básquet focense

26 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

José Antonio Sama (Avilés, 1977) es una figura clave en los tiempos dorados del baloncesto focense. Lideró desde la pista a un Celtas que entonces lucía en la Liga EBA, pero también desde el banquillo y los despachos. Su talento también se hizo notar en el Inelga de Vilagarcía y el Celso Míguez de Pontevedra. Ahora se dedica a la base en el Ría de Ribadeo.

-¿Recuerda su primer partido como sénior?

-Fue, por supuesto, en el Celtas, aunque no sabría decir exactamente qué partido fue. Era todavía júnior cuando Tito Díaz apostó por mí como base del primer equipo. Fueron los años del despegue del baloncesto en Foz.

-Jugó cientos de partidos, ¿podría quedarse con alguno en especial?

-Hay bastantes que me marcaron. Partidos que significaron ascensos, mantenerse en EBA... Pero el que quizás guardo con mayor cariño es uno en el que la revista de tirada nacional Gigantes me escogió «Gigante de la Semana». Nombraban a uno en cada conferencia de la EBA. Esa semana yo lo fui de la Oeste, y en la Sur Carlos Cabezas, que luego fue jugador de la ACB y de la Selección española. Fue un partido contra el Anchoas El Capricho en el que me salieron las cosas muy bien. Además fue en una gran campaña del equipo, cuando nos entrenaba Miguel Maseda. Creo que en 1999-2000.

-Fue jugador, entrenador y presidente del Celtas. ¿Dónde se sintió más cómodo?

-Soy entrenador por vocación; estudié INEF y desde joven tuve claro que quería dedicarme a esto. Lo de presidente también va ligado a mi trayectoria profesional... Pero siempre digo que como ser jugador no hay nada, por eso a los chicos que entreno les digo que intenten jugar todo lo posible, indiferentemente de las cualidades de cada uno, porque es una experiencia única. Por la gente que conoces, las amistades que haces...

-¿Podría haber llegado más lejos como jugador?

-A veces lo pienso. Siempre quise compaginar los estudios y el baloncesto, aunque jugué en equipos que en la EBA estaban cerca del prefesionalismo. Quizás si me hubiese dedicado solo al baloncesto podría llegar más arriba, pero creo que compaginando estudios y deporte, que es la decisión que tomé, alcancé mi tope. No me arrepiento, estoy contento con lo que conseguí.

-Su último partido sí lo recordará, ¿no?

-No, porque nunca jugué un partido pensando que era el último. Tendría que mirar el calendario de la última temporada porque nunca me retiré oficialmente. De los cinco años que fui presidente del Celtas, cuatro seguí siendo jugador. En el quinto decidí darme un tiempo porque no podía entrenar por temas de trabajo. Le dije al míster, Carlos Novo, que iba a darme un descanso hasta regularizar mi situación laboral. Pero nunca se produjo esa circunstancia en estos siete años...

-¿A Sama le queda un último partido?

-Quizás, aunque ahora con 40 años está complicado. Puede que algo más testimonial, por pasarlo bien. Ahora estoy muy metido en el tema entrenador y ya no me veo jugando. Cuando mi hijo llegue a categoría júnior, me encantaría que me hiciesen un huequillo en el sénior. ¿Por qué no jugar con él un último partido, el de mi retirada?.

-Su hijo, Iker, parece seguir sus buenos pasos en el baloncesto.

-Tiene 12 años. Está en una edad ideal porque de momento jugar es disfrutar al 100 %. Es mucho mejor que su padre cuando tenía su edad, tiene unas cualidades técnicas y física muy buenas para el baloncesto. Por encima de todo se lo pasa muy bien, que es lo más importante. Es un orgullo para alguien como yo, que ama el baloncesto, tener un hijo con el que compartir la misma pasión.

«Compaginé estudios y deporte,

y creo que, con ese condicionante, alcancé mi tope»

«Ser nombrado ‘Gigante de la Semana’ en EBA y a la vez que Cabezas me marcó»

«Tito Díaz tuvo un gran impacto en Foz, cambió la visión del baloncesto aquí en solo tres años»

-¿Quién fue su compañero de equipo más talentoso?

-Por el Celtas de Foz pasaron muchos jugadores brillantes. Pero para mí el más talentoso fue Esteban Gómez. Era un jugador ACB que tuvo la mala suerte de que fichó por el Breogán cuando descendió y se fue cuando subió. Era un súperclase para la Liga EBA. Le echaba unos contra uno en los entrenamientos y me daba lecciones de baloncesto impresionantes.

-¿Y el entrenador que más lo marcó?

-Miguel Maseda, Diego, Timiraos, Marco Antonio Justo... Los hubo muy bueno. Pero, para mí, nadie como Tito Díaz. Tuvo un gran impacto en Foz, cambió la visión del baloncesto aquí. Estuvo tres temporadas y subió el equipo desde Segunda Autonómica a jugar la promoción a Liga EBA.

-Ahora trabaja en la base del Ría de Ribadeo. ¿Prefiere entrenar a niños o séniors?

-A día de hoy, trabajo para ser el mejor entrenador posible de base. Lo prefiero a ser entrenador sénior en Nacional o EBA, aunque no cierro la puerta. Te permite trabajar a largo plazo, sin que todo esté marcado por el rendimiento inmediato. Yo me siento encantado de ver crecer a los niños, paso a paso, desde que los coges en benjamines.

-¿Ha bajado mucho el nivel del baloncesto en A Mariña?

-Es un problema general. Bajan los sueldos en EBA y Nacional, y menos gente se implica a compatibilizar deporte y formación o trabajo. Encima, en A Mariña, solo había jugadores para nutrir a un equipo puntero. Primero fue el Celtas y luego el Xove. Ahora no hay relevo generacional, este año no hubo ni un solo equipo júnior masculino en la comarca.