Dos curas aceptan 270 euros de multa por llevar a restaurar sin permiso la Virgen María de Conforto

La Voz VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

CARLOS BERMÚDEZ

Patrimonio consideró que la imagen, que fuera seccionada 40 años atrás para ponerle un vestido, sufrió lesiones irreversibles a causa de la actuación

04 may 2017 . Actualizado a las 17:06 h.

Los dos curas que en 2014 estaban al frente de las parroquias de A Pontenova y Conforto, acusados por la Fiscalía de un delito contra el patrimonio histórico, aceptaron ayer 270 euros de multa por los hechos. El caso, que se zanjó por conformidad, generó en su momento una fuerte oleada de protestas entre el vecindario, que acabaron presentando denuncia por el caso.

 La restauración de la Virgen María, que se conserva desde hace varios siglos en el santuario de O Conforto, fue el desencadenante. Los sacerdotes, teniendo conocimiento del valor histórico y cultural de la imagen, decidieron por su cuenta y riesgo llevar a restaurar la pieza, sin comunicárselo ni al Obispado ni a las autoridades administrativas. Con las actuaciones, según consideró la Fiscalía, ocasionaron en la figura daños irreversibles y una cierta pérdida de valor. Repararlos costaría, según la peritación estimada, unos 2.267 euros.

El letrado de ambos acusados, Luis Rego Valcarce, hacía ayer hincapié en algunas cuestiones llamativas. Según explicó, refiriéndose al acuerdo alcanzado, " tenía que imperar el sentido común. Se actuó de buena fe, trataron de rehabilitar una pieza burdamente seccionada hace 40 años para ponerle un traje y este hombre (uno de los sacerdotes) para darle una sorpresa a sus feligreses optó por unir la Virgen con el Niño, que habían sidos separados para meterle un traje, devolviéndole la integridad a esa pieza y por error y mal asesoramiento no pidió la autorización a Patrimonio".

El sacerdote, añade el abogado, le llevó la pieza en su coche a un cantero de Lalín, muy fino en este tipo de trabajos, y ese día entró alguien en la Iglesia y vio que no estaba la Virgen y se creyó que la habían robado". LO único que había, señala el abogado, es una infracción administrativa, derivada de la falta de gestión ante Patrimonio, que consideró que "la restauración no estaba bien hecha y mandó seccionarla de nuevo", señaló Rego.

El Obispado, por su parte, renunció a las acciones civiles que le correspondían. Eso si, al menos uno de los sacerdotes, el de A Pontenova, fue trasladado en su día a Celeiro, traslado que habían solicitado insistentemente los vecinos.