«En el remo era tirando a malo, nadie pensó que llegaría a unas Olimpiadas»

IVÁN DÍAZ ROLLE RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

foto miguel

El exdeportista ribadense fue campeón de España en un total de diecisiete ocasiones

23 abr 2017 . Actualizado a las 22:57 h.

De la mano de Mauricio Monteserín (Ribadeo, 1976), A Mariña descubrió los Juegos Olímpicos. El exitoso remero, ya retirado, repasa una trayectoria marcada por aquella cita y 17 títulos nacionales cuando han transcurrido casi dos décadas desde aquello.

-¿Recuerda sus inicios en el remo?

-Empecé en el remo con un grupo de amigos un verano, remando en bateles. Era algo nuevo y nos lo pasábamos muy bien.

-¿Había probado otros deportes?

-Practiqué fútbol, baloncesto, fui a clases de tenis, hice algo de ciclismo... Los niños deberían probar varios deportes y quedarse donde más cómodos se sientan.

-¿Sus cualidades destacaban desde el principio en todas las modalidades deportivas?

-Siempre me gustó hacer deporte, pero nunca destaqué en ninguno. Me defendía y me lo pasaba bien. De hecho, en el remo era bastante normalito, tirando a malo, pero a base de entrenar fui mejorando. Nadie me dijo que podría llegar a unas Olimpiadas, pero con esfuerzo, ilusión y trabajo se puede hacer casi cualquier cosa.

-¿Fue muy duro el camino hacia Sidney?

-Ni siquiera cuando me convocó por primera vez el equipo nacional pensé en estar en unos Juegos. El ciclo olímpico, desde 1997 a 2000, tuvo altibajos, y el año olímpico fue un año de mucho trabajo y estrés pero con una gran recompensa.

-Antes de todo aquello, celebró muchos triunfos, fue varias veces campeón de España, ¿con cuál se queda de todas sus victorias?

-Guardo un gran recuerdo de cada medalla. Si me tengo que quedar con alguna, quizás el primer Campeonato de España absoluto en skiff, en 1999. El año anterior había quedado plata tras estar primero toda la regata. Por eso el primer oro en individual es una de las más especiales. En total fueron 17 veces campeón de España en distintas modalidades, seis veces subcampeón y una vez bronce en categorías absolutas.

-Cuando piensa en Sidney, ¿qué recuerda?

-Con los años me he dado cuenta de que fui un privilegiado que pudo cumplir su sueño.

-¿Cómo es la villa olímpica?

-Es como un pueblo, como Viveiro o Ribadeo. En cada calle está un país, y hay de todo: restaurantes, parques, salas de juegos, salas de Internet, discotecas, gimnasios, paradas de autobús, conciertos al aire libre... Y todo gratis para la comodidad de los deportistas olímpicos.

-El COI repartió 42 preservativos por deportista en Río de Janeiro. ¿Eso también ocurrió en el 2000?

-Por lo menos a la delegación española, entonces no nos dieron nada (se ríe).

-Entonces se mostró decepcionado por su rendimiento en la cita.

-Decepcionado no. Más bien desilusionado. Tienes la ilusión de hacerlo bien pero sabíamos que no estábamos andando lo mas rápido que podíamos. Hacia dos meses que habíamos ganado el preolimpico en Lucerna, en Suiza, que nos daba la clasificación, y ese era el objetivo. Lo valoro mucho, sé de donde salí y a donde llegué, y no es fácil para ningún deportista.

«Con los años me he dado cuenta

de que fui un privilegiado que cumplió su sueño»

«El remo requiere dedicación, disciplina y sacrificio, valores que esta sociedad está perdiendo»

«Esta zona aún vive de espaldas al mar, es una pena»

Monteserín fue parte importante en el despegue del remo cántabro, y ahora contribuye al asentamiento del deporte en Ribadeo.

-En sus últimos años fue remero y entrenador en Cantabria, ¿cómo fue aquella experiencia?

-Estuve desde noviembre del 2003 hasta octubre del 2012 en Cantabria. Allí viví otro tipo de remo. El «boom» del remo cántabro fue a base de fichar a los mejores. Tenían recursos y pasaron de estar en segundo plano a ganar todas las competiciones. Movían grandes presupuestos para lo que es el remo amateur, entre 700.000 y 900.000 euros solo para el equipo sénior. Pasé unos años muy buenos, tanto deportivamente como por las amistades que hice. Y además había una gran afición; en la regata de la Concha en San Sebastian salían del pueblo 40 autobuses con aficionados, todos juntos. Era impresionante. Estaba como en casa, allí nació mi primer hijo. Volvería a vivirlo mil veces.

-También refundó el Club de Remo Ribadeo...

-Ahí seguimos luchando para llevar otra vez el remo a la ría de Ribadeo. Yo llevo el tema deportivo en las categorías base y echo una mano en todo lo que puedo con ilusión.

-Solo hay dos equipos en la comarca. ¿Cree que es un deporte poco explotado?

-Es un deporte minoritario, es muy duro y requiere de mucha dedicación, disciplina y sacrificio. Son valores que se están perdiendo en la sociedad en la que vivimos. Está zona vive de espaldas a la mar y es una pena.

-¿Faltan ayudas?

-Siempre faltan, como en todos los ámbitos de la vida. Las ayudas grandes siempre van para los mismos deportes porque suelen ir en función de las fichas que muevan. Así, favorecemos a los grandes deportes, y en los minoritarios seguimos a verlas venir.