El prestigioso chef Javier Montero vuelve al restaurante natal, en Mondoñedo

Inmaculada Eiroá González
INMA EIROÁ MONDOÑEDO / LA VOZ

A MARIÑA

sandra alonso

Abrirán en abril con una cocina basada en la tradición, pero más vanguardista

21 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El chef Javier Montero, miembro de una saga de empresarios que se han labrado un nombre en la hostelería, vuelve al negocio familiar de Mondoñedo. El próximo 1 de abril esperan reabrir las cocinas del Restaurante Montero, manteniendo la calidad que les ha distinguido, pero aportando a esa cocina tradicional algunas dosis de vanguardia, un toque más «canalla y «divertido», «pero sen demasiado esnobismo», matiza. «O Montero sempre se caracterizou polos pescados, mariscos, carnes; a idea é recuperar eses platazos e levalos a un punto máis actual, con unha cocción máis controlada, con un servizo e un emplatado distinto».

La empresa hostelera mindoniense cumplirá 48 años en las próximas San Lucas, cuatro más de los que tiene Javier que, matiza, fue uno de los hermanos _son cinco_ que ya nació en el Montero. Allí vio cómo cocinaba su madre: «Gardo gratos recordos de aqueles olores e sabores», dice, aunque al crecer quiso aprender cosas nuevas. Formado en la Escuela Superior de Hostelería de Santiago, recorrió el mundo para conocer el trabajo de importantes chefs. Pasó por las cocinas de varios estrellas Michelín, desde el catalán Santi Santamaría, a los gallegos Toñi Vicente o Marcelo Tejedor, entre otros.

Se atrevió también a lanzarse por su cuenta y tras permanecer seis años en O Tragaluz, en Santiago, el pasado día 12 bajaba la persiana para trasladarse a Mondoñedo, con su niña de 3 años y su mujer María Teresa Iglesias, Tita. «Estará na sala, é a media naranxa, os meus ollos, o cerebro, a que dirixe o comedor».

Con capacidad para albergar banquetes de 80 comensales y 35 si es para comer a la carta , en las instalaciones de Mondoñedo están de renovación. Los clientes se toparán con sorpresas, no solo en la cocina, sino en la decoración.

Javier anuncia novedades también para la cafetería, que lleva su hermana Ángeles. Pretenden ofrecer una carta de tapas informales y divertidas para el cliente que no quiere ir al restaurante. Pero todo ello, poco a poco, con tiempo para ir rodando y completando el equipo y localizando los suministradores y productores adecuados. Explica que busca trabajar siempre con productos de calidad, autóctonos. Pescados, carnes, mariscos, productos de huerta. En su caso, añade, incluso cuentan con fincas donde cultivan faba, guisantes, calabacín y otro tipo de verduras y hortalizas.

Señala que en septiembre va a sumarse gente que trabajaba con él en Santiago y entonces incorporarán a la carta menús degustación.

El albergue de 38 plazas, abierto en julio, registró en tres meses 450 pernoctas

Ángeles es el tercer pilar de la empresa Montero en Mondoñedo y la que ha acogido la llegada del nuevo chef, su hermano Javier, con mayor satisfacción.

Ella se encarga del albergue, el hotel y la cafetería. El balance que hace del albergue, que comenzó a funcionar en julio del año pasado, es muy positivo: «Está medrando con ganas e forza» señala, indicando que en los tres meses que estuvo abierto la pasada temporada registró 450 pernoctas. Señala que la gente se sorprende al ver las instalaciones, los servicios que ofrece, el diseño, la funcionalidad, la amplitud. Cuenta con 38 plazas. Los usuarios pagan 15 euros por dormir y disponen de sábanas de algodón, toalla, nórdico...Los que no quieren dormir en las instalaciones tienen la opción de poder ducharse (cuesta 3 euros) o de utilizar la lavandería, donde disponen de lavadoras industriales y secadoras. Es un servicio que no solo utilizan los peregrinos, sino también algunos vecinos que acuden a lavar mantas, sobre todo. Lo mismo ocurre con las duchas, que usa a veces gente que viene a realizar deportes a Mondoñedo. También tienen zona de descanso en el jardín, sala con Internet, etcétera.

Otros peregrinos _hay mucho extranjero_ optan por el hotel, que tiene 17 habitaciones.