La familia Chantres, espejo  de 100 años en Cuba

MARTÍN FERNÁNDEZ

A MARIÑA

Originarios de O Valadouro, son el termómetro de la historia reciente de la isla

04 dic 2016 . Actualizado a las 11:16 h.

La familia Chantres, de Moucide (O Valadouro), es un espejo y un termómetro de cien años de Cuba. Los abuelos llegaron en 1900 con la gran ola migratoria gallega. Los hijos conocieron, en los 40 y 50, la miel del esplendor cubano y, en los 60, la hiel de la dictadura castrista que les quitó todo lo que el trabajo honesto y la vida dura les diera. Un nieto desembarcó en Bahía de Cochinos. Y otros familiares reverdecen hoy en Miami el emblema familiar, la Tintorería Chantres que, en La Habana, agoniza gestionada por el régimen. Todos añoran Cuba, ese viejo lagarto verde que duerme tendido al sol del Caribe.

Todo comenzó con el matrimonio formado por Cándido Chantres Deán y Antonia Mel Deán. Trabajaron duro en La Habana, volvieron varias veces a pasar largos periodos en su tierra, dieron a sus tres hijos nuevos horizontes y, al final, regresaron definitivamente.

Su hijo mayor, Eladio, nació en Moucide y también emigró a Cuba a los 14 años. Se casó con Helena Erosa Piñeiro, de Rianxo, prima de Castelao. En 1936 abrió su primer local y en 1954 inauguró la Tintorería Chantres en la calle Calzada, en El Vedado, uno de los barrios más hermosos y dinámicos de La Habana.

La tintorería ocupaba 2.000 metros repartidos en tres plantas de un gran edificio. Ofrecía los servicios más rápidos y modernos y disponía de maquinaria de última generación. Llegó a contar con cien empleados y una flota de veinte furgonetas para reparto domiciliario.

Expropiación y riesgo

El negocio gozaba de un notable y merecido prestigio. Iba tan bien que Eladio llevó a su hermano Constantino _que naciera en Cuba pero vivía en San Ciprián casado con Francisca Ron, A Poupela, de Cangas (Foz)_ y le puso otra tintorería, llamada Fares, en el barrio de Marianao.

El patrimonio familiar _que invirtió en A Mariña a través de su apoderado Magín Valiela_ iba en consonancia con un país que, en 1958, tenía 6 millones de habitantes y un Producto Interior Bruto (PIB) de 374 dólares cuando el de España entonces no superaba los 180, menos de la mitad del cubano.

Y en eso llegó Fidel. En 1960 Eladio Chantres viajó a Moucide para ver a sus ancianos padres. Iba en el barco Covadonga cuando le dieron la noticia: las nuevas autoridades habían cerrado y expropiado su empresa por “abandono del negocio”… Ya no pudo regresar. Tenía algún dinero en Galicia y un empleado suyo, Manuel Mariño, también mariñano, natural de San Ciprián, le sacó de Cuba, con grave riesgo, lo que pudo.

Las peripecias de Mariño

Mariño, que vive en Nueva York, escapó en barco a Miami y llevó oculto en una faja y en bolsas de plástico pegadas al cuerpo el dinero que logró rescatar. Pero el navio fue bombardeado y hubo de nadar 8 kilómetros para llegar a tierra…

Eladio Chantres pudo comprar dos pisos y plazas de aparcamiento en Madrid. Murió en 1986, con 81 años, en su casa natal de Alaxe (O Valadouro). Una vida intensa, difícil como la de muchos otros emigrantes y con grandes experiencias y éxito en su empresa.

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Un negocio que agoniza en La Habana y florece en Miami

Las autoridades castristas decidieron que Tintorería Chantres _la mayor y mejor de América Latina_ continuase abierta gestionada por el Gobierno. Pero la decadencia fue incesante. Dos plantas se acondicionaron para apartamentos y en el año 2015 el rótulo de la fachada resumía su estado: nadie se preocupaba en reponer sus seis letras caídas…

Ese año la atendían dos funcionarios que recomendaban no usar ciertos servicios pues era posible que las prendas cambiasen de talla. Esperaban piezas de repuesto que, decían, llegarían en breve desde España. “De cinco lavadoras solo funciona una y de tres secadoras hay dos rotas”, afirmaban Leonel Laborde, operario, y Jaquelín Valdés, administradora...

El 1 de mayo de 1961, en un famoso discurso, Fidel Castro se proclamó _por primera vez_ marxista-leninista y dispuesto a abolir la propiedad privada e implantar un régimen comunista. Su proclama desencadenó la desafección y fuga de las clases medias que lo acogieran con simpatía por acabar con la corrupción de Batista. Las nacionalizaciones e intervenciones de empresas, negocios y comercios en 1960, 1962 y 1968 llevaron al exilio, hasta hoy, a 1,5 millones de cubanos. Muchos marcharon a Miami. Y fue ahí donde tres exiliados _el abogado Mario Lamar, el ex ministro Arturo Illas y el médico Rolando Pozo_ se acordaron de la reputación de la Tintorería Chantres para abrir un local similar, con igual nombre y servicios, en la calle 8. Pero el establecimiento no funcionó como pensaban y, al poco tiempo, Lamar compró las partes de Illas y Pozo y ofreció el 50% de participación en él, sin inversión alguna, a su amigo Constantino Chantres que había marchado a España.

Su llegada a la tintorería fue la salvación de ésta. Era trabajador y profesional y el negocio _que acabó comprando_ subió como la espuma. Desde entonces, Chantres Cleaners es una tintorería de lujo en Miami con dos locales que regentan miembros de la familia y que son los más prestigiosos de la ciudad.

Un anuncio del 7 de enero de 1959 apoyando a Castro, y un nieto a la cárcel tras desembarcar en playa Girón

Constantino Chantres se casó tres veces. Con su primera mujer, Francisca Ron, vivió en San Ciprián y se dedicó a vender pescado. Ya en Cuba se separó de ella y se casó con una asturiana que tenía un niño fruto de una relación con un desaparecido en la Guerra Civil. Constantino lo prohijó y el muchacho, Enrique Chantres, fue uno de los cubanos exiliados que desembarcó en Playa Girón en 1961 para invadir Cuba, formar gobierno y buscar el apoyo internacional.

La operación fracasó, aplastada por las fuerzas gubernamentales, y dejó un saldo de cien muertos y 1.200 anticastristas capturados. El joven Chantres era uno de ellos y fue encarcelado. Cuando lo soltaron, regresó a Miami. Al poco, sus padres se separaron y Constantino se volvió a casar con una cubana. Él apoyo a su madre y pleiteó contra su padre por el uso de la marca Chantres. La Ley le dio la razón y fue él quién se quedó al frente de las dos Chantres Cleaners donde aún hoy _a sus 79 años_ acude a trabajar.

Su encarcelamiento por el desembarco de Playa Girón no deja de ser paradójico pues la empresa de su tío Eladio, Tintorería Chantres, publicó en el Diario de la Marina el 7 de enero de 1959 _siete días después de entrar Castro en La Habana_ un anuncio “adhiriéndose al júbilo del pueblo en el momento del rescate de nuestras libertades”, “deseando éxito a los valerosos combatientes de nuestra revolución”, “con saludo a Fidel Castro” “por nuestra Libertad”... De poco le sirvió. Entonces, Castro aún no se había declarado marxista-leninista, ni abolido la propiedad privada, ni impuesto una longa noite de pedra de 57 años, ni…

memoria de mariñáns por martín fernández

El negocio fue expropiado «por abandono del mismo» y languidece hoy en Cuba; E. Chantres murió en Alaxe

De Moucide a

La Habana donde abrieron la Tintorería Chantres en El Vedado, que llegó a tener 100 empleados