Silvaje, el «cura noble», será juzgado cuatro años después de dejar A Mariña
A MARIÑA
El fiscal, en su acusación, pide que se devuelvan al Obispado los bienes en depósito
26 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Ha sido una de las personas que más controversia ha suscitado en los últimos años en A Mariña. José Emilio Silvaje, expárroco de 15 parroquias de Ribadeo y Trabada desde finales de 2008 a principios del 2012, se ganó primero legiones de seguidores y después de detractores desencantados. Su breve sacerdocio (colgó el hábito en 2012, tras la polémica suscitada, aduciendo una enfermedad: «Me voy por razones de salud, de cuerpo y mente», escribió) le valió acaparar titulares de prensa e incluso un reportaje en la revista Interviú en el que aparecía posando en una casa señorial de Valencia que decía ser suya, y calificativos, entre ellos el de cura noble, o aristocrático, por su abolengo familiar en Gandía. Cuatro años después, a Silvaje le ha llegado la noticia de que deberá volver a Lugo para ser juzgado por el caso de las piezas desaparecidas en las iglesias que él tenía a su cargo.
Así lo ordenó la jueza de Mondoñedo que durante varios años instruyó las diligencias previas. De las partes que presentaron denuncia, finalmente solo el Ministerio Fiscal formuló acusación, lo que permite especular con la posibilidad de que se pueda llegar a un acuerdo que finalmente evite el juicio. El auto del pasado día 17, contra el que no cabe recurso, decreta abrir juicio contra Silvaje por un delito de apropiación indebida y contra el coleccionista mindoniense José Jaime de Orozco Sánchez, por otro de receptación. El fiscal pide para Silvaje una pena de cuatro años y medio de prisión y una multa de diez meses a razón de diez euros diarios, y para Orozco una pena de 18 meses de cárcel. También pide el fiscal que ambos se repartan las costas del juicio. Y finalmente, solicita que Silvaje indemnice al Obispado por los efectos no recuperados, que Orozco devuelva las piezas sustraídas que tiene en su poder y que se entreguen al Obispado todo lo que se recuperó y que se encuentra en depósito.
Silvaje fue desde el primer momento un personaje singular. La primera polémica en la que se vio envuelto en A Mariña fue por la revuelta de los campaneros de Cuvelas, tras negarse a que cobrasen las tasas que tenían establecidas. Más tarde fue noticia por la plaga de termitas en este templo; por su decisión de no cobrar las misas, al contrario de lo que hacían sus predecesores, y también por gestos humanitarios.
El primer caso, en Sante
Después llegó el escándalo de las piezas desaparecidas. Primero fue el robo y posterior aparición de dos tallas en la iglesia de Santa, en Trabada. Fue el detonante. A partir de ese momento comenzaron a echarse en falta piezas y objetos en diferentes templos. Silvaje reconoció que había decidido guardar muchos de ellos (que de hecho devolvió tiempo después al Obispado) y que otros los había ordenado restaurar, en su función de custodio de todo ello. De otras piezas que faltaron dijo que nunca había tenido noticia. Todo ello se juzgará ahora.
Ataque al obispo
Silvaje se fue publicando una carta en la que se mostraba desencantado con la realidad y la jerarquía eclesiástica. Y se fue entre muestras de apoyo y con duras críticas al entonces obispo. La Voz publicó un escrito suyo en el que lanzaba un duro ataque, sin precedentes en un cura, a Sánchez Monge, por no haber salido en su defensa cuando fue acusado de haber robado: «Deje el báculo y coja la escoba», concluía su escrito público.
Cómodo entre la nobleza, inició su andadura con Gea
Nacido en el seno de una conocida familia de Gandía, el infante Don Carlos, duque de Calabria y jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias. lo invistió miembro de la Sagrada y Militar Orden de Constantiniana de San Jorge. Silvaje creó una fundación, Benignita, que tenía por objetivo promocionar tanto social como culturalmente los colectivos más necesitados del mundo. Inició su andadura ayudando al obispo emérito de Mondoñedo-Ferrol, Gea Escolano, en su misión en Perú.
Decenas de piezas ya fueron recuperadas
En el escrito de acusación del fiscal figura una relación de las piezas que se echaron en falta en iglesias de Ribadeo y Trabada y que ya fueron recuperadas por el Obispado. Son dos ángeles del altar de los arcángeles y restos de una cómoda de A Devesa; crismeras de plata y una custodia de Villaframil; dos candelabros de bronce y dos cálices de plata de Rinlo; imágenes de las Ánimas del «peto de ánimas» de Cubelas; una imagen de Santa Lucía, de Cedofeita; dos imágenes del altar lateral derecho de la Virgen y de San Antonio, una de la nave central-derecha y otra de la nave central-izquierda de la parroquia de Arante; un reclinatorio-comulgatorio de Vilaosende; dos tallas de piedra de la Virgen de los Milagros y de San Antonio, y un ángel del retablo de la capilla de Vilafernando (Trabada); dos cálices de plata y una copa pluvial blanca de Sante, y un copón de plata, una cruz con los candelabros, una mesa de época y un misal de Vidal.