Alfredo Baltar, sindicalista de O Vicedo en Cuba y Argentina, y referente gallego

MARTÍN FERNÁNDEZ

A MARIÑA

Alfredo Baltar, en una imagen de los años setenta del siglo pasado.
Alfredo Baltar, en una imagen de los años setenta del siglo pasado.

Fue socialista, militante de la CGT y secretario general de la Federación de Sociedades Gallegas en Argentina

02 may 2016 . Actualizado a las 09:24 h.

Entre los gallegos que, en la emigración, se dedicaron al sindicalismo destaca Alfredo Baltar Gómez, un mariñán de O Vicedo que, en la segunda mitad del siglo pasado, fue una personalidad de referencia en la colectividad gallega en Buenos Aires.

Baltar nació en As Negradas en 1900 y emigró a Cuba a los 17 años. Tras estudiar en el Centro Gallego, se afilió al sindicalismo de clase y marxista y fue secretario de la Unión de Dependientes del Café de La Habana. Regresó a España en 1930 y dos años después emigró de nuevo a la Argentina. Allí se dedicó durante 40 años al mundo de los seguros en el que llegó a contar con una de las agencias más exitosas de la capital.

Pero el éxito social no logró que olvidase la vida sindical. Y participó activamente en ella, primero como director de la revista Progreso, de la Unión de Cortadores de Confecciones, y luego representando a los agentes de seguros en la Confederación General del Trabajo (CGT) en la que colaboró con relevantes líderes como los gallegos Fandiño y Olleros, del sector metalúrgico, o Porto, del textil.

En 1946, el emigrante de As Negradas tomó parte del proceso electoral en el que la Unión Democrática -formada por los socialistas, la Unión Cívica Radical, el Partido Comunista y el Conservador- se enfrentó al Partido Laborista y Justicialista de Perón.

Tras la victoria del general Perón, Argentina inició su edad de oro -favorecida por la situación de una Europa destruida por la 2ª Guerra Mundial- pero tuvo un gobierno de tintes fascistas y populistas que ilegalizó al sindicalismo no peronista. Baltar y otros representantes de los trabajadores pasaron a la clandestinidad y algunos, como sus amigos Arturo Cuadrado o Lorenzo Varela, temporalmente al exilio.

Un directivo de Foz

El emigrante de O Vicedo mantuvo siempre una ideología republicana y socialista. Y como otros -Rodríguez de Vicente, el diputado hermano del famoso cómico y alcalde de Baiona, Joselín; Suárez Picallo; Luis Pan; o Manuel Puente- militó en el Partido Socialista.

Su posición económica y su compromiso político lo llevaron a ocupar relevantes cargos dentro de la colectividad. Ante todo, fue un hombre de la Federación de Sociedades Gallegas (FSG) en la que, como secretario general, fue el encargado de recibir en la Argentina a Castelao en 1940. Dirigió el diario Galicia de 1941 a 1960. Presidió el Instituto Argentino de Cultura Gallega. Y propulsó la compra del edificio de la FSG, hoy además sede del Museo de la Emigración Gallega, en la calle Chacabuco 955, en pleno barrio de San Telmo.

En el Centro Gallego, Alfredo Baltar representó a la corriente denominada Unión Gallega y fue directivo durante ocho años, periodo en el que coincidió en el gobierno de la institución con otro mariñán, el emigrante de Cordido (Foz), Víctor Riveira.

Tensión por el uso del gallego al recibir a Castelao

La Federación de Sociedades Gallegas (FSG) en Argentina, que hoy dirige Francisco Lores, representante del BNG, sufrió tensiones entre nacionalistas y socialistas antes, durante y después de la Guerra Civil.

Uno de sus momentos más críticos tuvo lugar en 1940 cuando Alfredo Baltar era su secretario general y el encargado de dar la bienvenida a Castelao a la República Argentina en un acto organizado por una Federación que siempre fue republicana, antifranquista y de ayuda a los exiliados.

Baltar, militante socialista, habló en castellano, la lengua habitual de la FSG y de su órgano de expresión, el diario Galicia, que sólo usaba el gallego de modo ocasional. Entonces se armó un gran alboroto pues los galleguistas interrumpieron su discurso, lo abuchearon y exigieron que hablara en gallego. El emigrante de O Vicedo no se arredró, dijo que «hablaré en lo que me dé la gana» y terminó a duras penas su intervención. Cuando fue el turno de Castelao éste, expresándose en gallego, dijo que «sería bó que na Federación de Sociedades Galegas se falase no idioma de Galicia».

El incidente provocó enfrentamientos entre el público pero no fue óbice para que Castelao y Baltar mantuviesen a lo largo de su vida una cordial y amistosa relación. El de O Vicedo fue el puente del que los socialistas se sirvieron para plantear cosas al rianxeiro.

En la semana siguiente a la llegada de Castelao, apareció en el Galicia el artículo Un fato de nenos malcriados firmado por León Rojo, seudónimo que Baltar utilizaba para criticar al nacionalismo, homenajear a Blanco Amor o escribir una necrológica sobre Alonso Ríos. En él decía que no usaba el gallego por desconocimiento sino por decisión política y tildaba de «nenos mal criados» a quienes pretendían «impoñelo en calquer ocasión, sin medir o momento nin o xeito de propoñelo». En su etapa al frente de la FSG, Baltar se apoyó en socialistas y comunistas, forjados en el antifranquismo, como Gerardo Díaz, Arturo Cuadrado, A. Portas o Benito Domínguez.

martinfvizoso@gmail.com