A los viejos y sabios patrones de Celeiro y San Ciprián

A MARIÑA

12 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando somos jóvenes, todo son prisas. Cuando nos queremos dar cuenta, descubrimos que somos historia: mucho pasado, incómodo presente, preocupante incertidumbre hacia el futuro. Me quedo con la sabiduría de Henry Ford: «Llegar juntos es el principio, mantenerse juntos es el progreso; trabajar juntos es el éxito».

El modelo económico impuesto, aceptado e instalado, mira hacia el cohorte poblacional de los mayores, con desprecio y economicista preocupación. Cuando toca dar buenas noticias a la sociedad, presumen de los éxitos que sustentan una esperanza de vida en los ochenta años. Cuando toca dar malas noticias, para asustar a los que quieren cambiar el mundo, sacan de paseo mediático a las insostenibles cuentas de la Seguridad Social-la hucha de las pensiones-. Sin embargo, a título personal, no hay dirigente que esté dispuesto a perder sus derechos económicos, sociales y mecanismos para seguir influyendo en los demás. «Sáquenme el corazón por el siniestro costado, si no digo verdad de lo que soy preguntado». Me expliquen los planes de jubilación y las cesantías de ciertos patricios. Somos un pueblo viejo; por historia, patrimonio cultural, huellas y tradiciones. Esta Britonia del Norte es uno de los últimos paraísos al sur de Europa. Gallegos y Mariñanos. Varias generaciones coincidiendo, como ciudadanos, sobre la madre tierra. Los mayores nos hemos tenido que adaptar al frenético cambio desde nuestras escuelas pagadas por los emigrantes, hasta el ciber espacio que se caricaturiza en una sombra humanoide con un teléfono móvil que ha logrado la perversa adicción y seducción del espíritu por la máquina. Algunos queremos seguir siendo libres, en el pensamiento, la conducta y la elección. Para ello nos refugiamos en la cultura impresa o en los mensajes del gremio de los canteros y el lenguaje de las campanas. Pero sobre todo, le damos más importancia al estado de la mar y la procedencia del viento, por las mañanas, que a comprobar si alguien nos ha enviado un wassap.

Pero en medio del tiempo que transforma el granito en arenas de playa, surge el problema. ¿Si cada vez somos más los jubilados y menos los que trabajan con dignidad y suficiencia salarial, que pasará con los derechos adquiridos y pagados de pensiones, asistencia socio sanitaria, dependencia, derecho al respeto democrático? De todo esto y algunas cuestiones más, nos hemos propuesto conversar, debatir, concienciar, elevar propuestas, desde la sociedad civil que asienta en los colectivos culturales, como Os Aventados, O Tesón, Seminario de Estudos Terra de Viveiro.