Buena parte de las casi tres horas del pleno de anteanoche se invirtieron en debatir y/o responder a iniciativas del único edil de Son Viveiro, Víctor Miranda. Suya es la propuesta de cobrar una tasa a las entidades bancarias que tengan cajeros automáticos con acceso directo desde la vía públicao. Todos los concejales presentes lo respaldaron.
Miranda defendió su moción con diferentes argumentos legales. Insistió en que el nuevo impuesto «non deberá supoñer ningún prexuízo para o consumidor». De un modo muy gráfico, subrayó que ya que si la banca «se enriquece» con cajeros que dan a la vía pública, «debe pagar». Propuso una cuota de 3.000 euros anuales, «sin exencións posibles» y que se empezaría a cobrar el próximo año.
La regidora Loureiro apuntó que en Viveiro puede haber «oito caixeiros que dan á vía pública», agregó que la tasa también ha de aplicarse «a máis instalacións» con idéntica ubicación y abogó por valorar cuál será la cuota.
Antonio Bouza, portavoz del PP, apoyó los argumentos de Miranda y coincidió con Loureiro en «dirimir as cotas; non vaia a ser que se pechen caixeiros que nos dan servizo a todos».
Manuel Galdo, del BNG, convino en que, «dado o comportamento da banca», la tasa por los cajeros «é un desagravio aos cidadáns». Para Miranda, 3.000 euros «non é desorbitado» porque los cobran en Ribadeo, mientras en Ribadavia son 2.900 euros.