Burela y Celeiro subastan siete de cada diez merluzas frescas en Galicia

salvador serantes VIVEIRO / LA VOZ

BURELA

XAIME RAMALLAL

De madrugada y al amanecer, ese pescado mueve 80 millones anuales en A Mariña

01 feb 2015 . Actualizado a las 17:16 h.

Casi el 70 % de la merluza que se vendió el año pasado en Galicia salió de Burela y de Celeiro. Potencias en la primera venta de merluza fresca en la comunidad autónoma y en la península; y, por tanto, en Europa, ya que España captura el 59 % de la merluza europea. Por lo que dicen las estadísticas, en A Mariña se subastan siete de cada diez merluzas frescas que llegan a Galicia y se mueven siete de cada diez euros que deja ese pescado.

Elocuentes por sí solas, detrás de esas cifras hay empresas y personas. Más de 700 tripulantes de los 50 pesqueros con base en A Mariña que faenan en Gran Sol, y el personal de los armadores. Operarios de lonjas y de descarga, mayoristas y sus empleados, transportistas, plantillas de las sociedades de armadores, astilleros y talleres navales, empresas de suministros para la flota... Varias centenas más de trabajadores, empleos directos e inducidos que dependen de la pesca.

 

 

Paso fugaz por puertos y lonjas

 

Y, en A Mariña, con Celeiro y Burela como epicentro, la merluza fresca representó el año pasado casi 80 millones de euros, el 70 % del movimiento económico de las lonjas, que rozaron los 113 millones de facturación.

De madrugada y al amanecer, la merluza fresca de Gran Sol pasa fugazmente por los puertos y lonjas de Burela y Celeiro. Procede de los caladeros comunitarios, donde la mayoría se captura con anzuelos, con el palangre de fondo, conocido como «pincho». Refrigerada en las neveras de los pesqueros, de madrugada empieza el trasiego de todo lo que significa la merluza para A Mariña. Primero se desembarca de los pesqueros y se distribuye en cajas, por tamaños, días de captura... A continuación se introduce en las modernas salas de subastas de Puerto de Celeiro y de Armadores de Burela, empresas de armadores que gestionan esas dos lonjas. Después entran en escena los compradores, habitualmente mayoristas, en el caso de la merluza. Sigue el ritual de la subasta, a la baja. Los lotes adquiridos van después a almacenes, donde se preparan en lotes. Y en camiones y furgonetas se redistribuye por la península.