Conmoción por los dos desaparecidos y alivio por los seis supervivientes de los dos barcos
01 dic 2014 . Actualizado a las 05:08 h.Día aciago el de ayer para la pesca de A Mariña. Amaneció con la noticia del naufragio del pesquero Safrán en el Cantábrico y anocheció con la del vuelco de la lancha Manuel en Ribadeo. Dos accidentes marítimos que sacuden al sector pesquero lucense y dejan un sabor agridulce, por sus respectivos desenlaces. Al cierre de esta edición, el hundimiento del volantero celeirense Safrán se saldaba con cuatro supervivientes y dos desaparecidos. Y el vuelco y posterior embarrancamiento de la lancha artesanal ribadense Manuel concluía con sus dos tripulantes a salvo.
De ambos sucesos se informa pormenorizadamente en la sección de Marítima de este diario, en las páginas 26, 27 y 28. El rápido hundimiento del Safrán frente a San Sebastián y a la altura de la localidad francesa de Bayona trascendió ayer por la mañana, aunque ocurrió a última hora del sábado. Desde el momento mismo en que saltó la alerta, el armador del Safrán se movilizó para tratar de hacer todo lo que estuviese en su mano, por los tripulantes y por sus familias. A medida que avanzaba el domingo y en la edición digital de este diario se iba dando cuenta de las novedades que se producían, las reacciones se sucedían. Conmoción, por los dos desaparecidos, se entremezclaba con la satisfacción de que al menos cuatro de sus tripulantes hubieran logrado salvarse.
Menos trascendencia pública había tenido el otro percance en la pesca mariñana, el de la lancha ribadense Manuel. Sucedió pasadas las siete de la noche, por lo cual hubo menos reacciones que con el Safrán. Con la Manuel, la satisfacción era casi completa porque sus dos tripulantes se pusieron a salvo por sí solos.