Galegos e mariñáns do Porto de San Ciprián

A MARIÑA

31 oct 2014 . Actualizado a las 18:10 h.

Ahora que los cines han dejado de ser salas para soñar con aventuras, romances, epopeyas, personajes inolvidables, todo ello aderezado con música y paisajes que nos transportan del presente al pasado, idealizando este mundo entre generaciones de seres humanos.

Ahora que las máquinas electrónicas nos marcan el ritmo de una vida apresurada, en la que todo es desechable y provisional.

Ahora que corremos el riesgo de tropezar con un trasgo o una moura, y no enterarnos por la simple razón de estar pendientes del WhatsApp que como si fuera una brújula en un sextante, que nos marca un rumbo perdido.

Seguimos creyendo en el País de Nunca Jamás. Aquel mundo mágico de nuestros padres, abuelos, hermanos, gentes de mar, con las manos encallecidas por la madera del remo, con la piel curtida por el salitre que en forma de gotas mueve el viento.

Por todas estas razones, hemos recogido el testimonio de una veintena de habitantes del Puerto de San Ciprián -¡Aquel puerto de antaño!- y les hemos preguntado por sus vivencias. Hemos hecho una película con sus relatos. Le hemos puesto la música de nuestros cantautores. Les hemos preguntado poniendo a la mar por testigo.

Clara, una valerosa mujer, que supo lo que era ser de familia progresista en plena dictadura. Toñita, que pasó de la mar a los tulipanes holandeses buscando una alternativa como emigrante. Marta, entre apellidos ilustres de capitanes, maestros y abogados. Margaritinia, la musa de varias generaciones. La historia de una panadería, o la de los carpinteros de riveira. Moncho de Elvira, hijo de patrón que comenzó su singladura desde la infancia. Víctor, que siempre supo que su destino era el horizonte marino. Beto, en el recuerdo de los Pillado, hombres de mar y de firmes convicciones socialistas. Genucha, con su dulzura, supo como nadie poner el estilismo en aquellas jóvenes de salón y misa dominical. Ramón, vivió aventuras por la lejana Liberia. Apellidos de lobos de mar, como Pernas y Coldeira. El recuerdo de Cándido Rey a través de su nieto. Paco, marinero recién llegado de la costera del bonito. Mari Carmen y su marido, cronistas de la vida del pequeño comercio.

Todos y todas, entre las melodías que describe a nuestra tierra bañada por un mar bravo que es despensa y autopista entre civilizaciones. Alumnos de Don Francisco y la Señorita Sagrario, catequistas de Santa María de Lieiro.

Este audio visual, se proyectará en la Discoteca «Pasos» de San Ciprián, la noche del Samaín. El próximo viernes 31 de octubre a partir de las 22.30. Lo celebraremos, como fue costumbre, con torreznos y vino. Invocaremos a los espíritus con una queimada. Disfrutaremos con nuestra cultura, gallega y marinera.

Los que quieran recordar. Los que duden si cualquier tiempo pasado fue mejor. Los que añoren nuestras formas de vivir. Tienen una cita en la noche en que los ausentes y los presentes, por tradición Celta, se encuentran. ¡No te lo pierdas!. Este era nuestro San Ciprián. El que heredamos de nuestros mayores.