Impotencia y enfado en el sector de las máquinas recreativas, que en las últimas semanas está soportando la peor parte de la actividad de los delincuentes. Cada vez que los ladrones entran en un bar o en un hostal van a estas máquinas.
Lo que cuenta uno de los empre sarios de recreativas que opera en la comarca, que ha sufrido ocho robos en un mes, es un ejemplo elocuente de lo que está ocurriendo. Pero este no es el único afectado, otras empresas del sector han sufrido estos días numerosas pérdidas por mor de los delincuentes que están operando en A Mariña. En ambos casos hay quejas por la poca efectividad para evitar esos continuos robos.
Los hosteleros, en general, confirman que los daños que se están produciendo en sus establecimientos son escasos, ya que normalmente se producen como consecuencia de violentar una puerta o una ventana para poder acceder al interior del local. Una vez que ya han conseguido estrar, los ladrones suelen ser respetuosos con el mobiliario y las existencias. Se desentienden de los equipos electrónicos o bebidas, que resultan más engorrosos de transportar y más comprometedores si los para una patrulla. El dinero tiene la ventaja de que es fácil de llevar y no tiene nombre. Y ese dinero lo buscan en las máquinas.