«No somos una isla en este mundo, vivimos con y para los demás»

Yolanda García Ramos
yolanda garcía BURELA / LA VOZ

A MARIÑA

Sabela Blanco - A Caixa Escura

Desde hace siete años ayuda a niños y jóvenes en el Centro San Aníbal de Burela

15 oct 2014 . Actualizado a las 05:09 h.

Sor Visitación Sendino del Olmo trabaja desde hace años, junto con otras compañeras, en que el Centro de Día de Menores San Aníbal de Burela funcione y allí fue donde celebró el pasado domingo sus bodas de oro, 50 años en la congregación Hijas del Divino Celo-Rogacionistas, presentes en cinco continentes.

-¿Siempre ha pertenecido a la misma congregación religiosa?

-Siempre he vivido en la misma congregación. Hice la formación en Italia, el noviciado, aunque previamente estuve tres años con las religiosas de mi congregación en el País Vasco. Cuando entré al noviciado, con 16 años, era muy joven pero tenía mucha ilusión aunque en ese momento no tienes la madurez que tienes posteriormente y que en mi caso confirmó la vocación.

-¿Y siempre su vocación ha sido trabajar con los niños y jóvenes?

-Practicamente sí, excepto dos años que estuve con ancianos. El resto, con niños y adolescentes.

-¿Qué ha aprendido de ellos?

-He aprendido de ellos muchísimo. Siempre aprendo, y de las personas con las que he tratado. No somos una isla en este mundo, nuestra vida es para vivirla con los demás y para los demás.

-Entonces ser religiosa de clausura no estaba en su camino.

-Tengo dos primas y un primo de clausura y lo tenía claro. He dicho siempre, la familia es muy importante. La mía es sencilla y humilde y creyente y sin saberlo practicaban el carisma que vivo ahora, porque nuestro carisma es estar al lado de los más pobres y pedir por las vocaciones en general. Todos podemos poner nuestro grano para ser un buen obrero.

-Dentro de la labor solidaria en general que se lleva a cabo hoy día, ¿qué cree que ha cambiado en la sociedad en 50 años?

-Pienso que antes éramos más solidarios. Vengo de una familia que tenía preparada el terreno para que surgiera la vocación porque lo que vivía entonces lo vivo ahora, aunque las circunstancias son diferentes, como es ayudar al que lo necesite y estar al lado del más desfavorecido de la sociedad. Antes, si tenías tanto, lo compartías con el vecino. No es un comentario mío personal sino que aún lo comentábamos estos días en la congregación.

-¿Hay pérdida de valores?

-Creo que vamos perdiendo muchos valores en todos los aspectos. Nos preocupamos por cosas grandes, no por las pequeñas.

-Que son las que dan felicidad.

-Yo soy feliz como el primer día, pero en todas las vidas hay momentos que encuentras pequeños sufrimientos, pero se superan y a veces pesa más lo positivo que lo negativo. La vida no es coser y cantar. En mi caso hay traslados de un lugar a otro, pues mi voto me dice dónde tenemos que ir.

-Recorrió varios países.

-En Italia fue la formación, luego me enviaron para España donde viví y vivo. Tuve tres experiencias en Guatemala, pero no para estar temporadas largas. Llevo siete años en Burela desde que se inauguró el centro, en el 2007. Aquí soy educadora... y un poco de todo. También intentamos ser madres y amigas, mamá de los pequeños, amiga de los mayores. Nuestra congregación surgió para estar al lado de los más desfavorecidos, entre ellos los niños. Evoluciona y también estamos al lado de familias y jóvenes. Las comunidades en España hacemos un servicio social pero también pastoral. Nos volcamos.

sor visitación sendino religiosa que cumplió sus bodas de oro en burela

«Entré al noviciado con

16 años, muy joven pero tenía

mucha ilusión»