El nuevo cura de A Pontenova, cuestionado por sus cambios en las misas, entierros y bodas

José Francisco Alonso Quelle
JOSÉ ALONSO A PONTENOVA / LA VOZ

A MARIÑA

En el escrito con 1.116 firmas pidiendo que sea cambiado le acusan de calificar de «paganas» tradiciones «seculares» de los feligreses

14 sep 2014 . Actualizado a las 07:02 h.

Detrás de la polémica planteada por la reparación o supuesto cambio de la talla de Nosa Señora, en Conforto (A Pontenova), subyace el enfrentamiento de vecinos con el párroco José Ángel Fernández, que desde hace aproximadamente un año está al cargo de la mayoría de parroquias del municipio, por los cambios que ha realizado. A ello apuntaba ya días atrás una fuente del Obispado, quien manifestó: «Agora hai menos sacerdotes, e a xente ten que irse acostumando a que as cousas van cambiar, xa non se van poder facer as mesmas cousas que antes».

En el escrito firmado esta semana en el Obispado, avalado por 1.166 firmas recogidas en el municipio -en A Pontenova hay 2.610 vecinos empadronados-, se pide el cambio del párroco y del de Riotorto, Antonio Rúa, que atiende dos parroquias de A Pontenova: Rececende y Xudán. Se alega falta de empatía con el nuevo párroco y, entre otras cuestiones, se le reprocha «calificar de paganas tradicións como a de facer o sacrificio de camiñar ata a ermida do San Pedro Fiz ou o Santuario de Conforto, ou as romarías populares», hecho que -dicen- algunos feligreses interpretan como un insulto.

«Existen numerosas testemuñas de que o novo párroco ten dito frases do tipo de `están mal afeitos, antes tiñan un cura ao seu servizo e agora son os fieis os que teñen que estar ao servizo do cura e da igrexa´», añaden en el escrito.

Entre los cambios que le reprochan figuran no hacer funerales en domingo; no acompañar a los cadáveres al cementerio si antes hizo el acompañamiento en la salida del tanatorio o del domicilio; no permitir que se introduzcan flores en la iglesia en los funerales; no celebrar misas todos los domingos, o cuando menos una vez a la semana, en todas las parroquias, y poner «todo tipo de atrancos e dificultades ás parellas de noivos que pretendan contraer matrimonio, condicionando horarios e lugares de celebración», dicen en el escrito. También le reprochan que exija cinco años de catequesis para hacer la primera comunión, que es más del doble que con el anterior párroco; «dirixirse de forma ofensiva e insultante a persoas asistentes a eventos festivos que non participan nos actos relixiosos»; manipular imágenes de la parroquia, y hacer cambios en la fórmula de cobro de las misas de particulares.