Nuevo ataque incendiario a los montes de Budián, O Valadouro

Inmaculada Eiroá González
INMA EIROÁ O VALADOURO / LA VOZ

A MARIÑA

La Xunta movilizó doce brigadas, tres agentes y nueve motobombas

01 sep 2014 . Actualizado a las 07:08 h.

Los montes de la parroquia de Budián, en O Valadouro han sufrido un nuevo ataque incendiario. Los que hubo en las últimas semanas fueron a plena luz del día, pero en esta ocasión, el o los pirómanos, eligieron la noche para prender fuego, seguramente que para dificultar las labores de los equipos contraincendios y para evitar su posible localización por parte de la Guardia Civil, que investiga estos fuegos reiterados y que ayer también estuvo sobre el terreno.

Este afectó a Lombo Gordo, en la zona de Cruces. Es un área que está alejada de la carretera O Valadouro-Cervo, en cuyos márgenes se habían localizado los anteriores incendios.

La alerta saltó hacia las 22.20 horas del sábado, según confirmaba ayer la Xunta, que desplegó en la zona a tres agentes, doce brigadas y nueve motobombas. A las 7.20 horas del domingo daban por controlado el incendio y a las 18.50 por extinguido. El fuego, según fuentes oficiales, afectó a 1,97 hectáreas de monte raso y a 0,97 hectáreas de monte arbolado.

Hasta ahora la superficie afectada en los tres o cuatro incendios habidos desde principios del verano en esta parroquia, al que hay que sumar otro que quemó una extensión de monte en la vecina parroquia de Moucide, aunque en aquella ocasión el fuego se inició en Foz, no es elevada.

Lo que preocupa a los vecinos es la repetición de los incendios y la sensación de impotencia que sienten al no poder hacer nada para evitarlos. La enorme superficie de monte que hay en esta parroquia hace complicado poder sorprender a los autores. Ayer señalaban, refiriéndose al lugar donde se declaró el último que «o que queima coñece ben o monte». Porque para llegar al lugar donde prendieron fuego no basta simplemente con darse un paseo en coche por la carretera, aunque es accesible desde la pista que usan para los eólicos.

A esto hay que sumar lo ocurrido el día 20, cuando un helicóptero de la Xunta que transportaba hasta Budián a los miembros de una brigada, fue amenazado desde tierra por alguien que incluso amagó con tirarle piedras y que obligó al piloto a cambiar el lugar de desembarco de los brigadistas.