Un vaso de whisky, un hotel diferente...

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Revolver ofreció un concierto para recordar en las patronales de Viveiro

17 ago 2014 . Actualizado a las 07:02 h.

Pasaba la medianoche cuando llegue a la Praza Maior de Viveiro. El concierto ya había empezado y Carlos Goñi, genio y figura sobre el escenario, arropado exclusivamente por un bajista y un batería -para qué más, ¡que forma de poner en su lugar a las orquestas que no dejan de ganar metros de escenario, luces y sonidos enlatados- tocaba los primeros acordes de un clásico, Tú noche y la mía. «Un vaso de whisky, un hotel diferente, es más que suficiente, para pensar en ti...». Y yo, entre la multitud, me dejé envolver por la nostalgia. Revolver, Carlos Goñi, causa ese efecto. Sus canciones nos hacen volar a historias, a recuerdos, a rostros... porque Revolver es parte de la banda sonora de nuestra vida.

Y volé 22 años atrás, cuando en El Corte Inglés de Princesa, en Madrid, compré el primer Básico de Revolver. Entonces era una cinta. Esa noche, de regreso en el autobús -nueve horas por delante hasta Ribadeo- acabé las pilas del walkman escuchando una y otra vez ese concierto que fue un punto y aparte en el pop español, abriendo un filón -los acústicos en directo- al que después se sumarían todo tipo de grupos y artistas.

Con Revolver corres un riesgo, porque a veces la nostalgia viene de la mano de la amargura del tiempo que no se va a recuperar. Pero da gusto ver que Carlos Goñi se encuentra en plena forma, mejor que nunca, conectando como siempre con su honestidad.

En Viveiro cantó una veintena de sus obras maestras en una plaza abarrotada, con público de varias generaciones -su repertorio sigue más vigente que nunca- tarareando todas las piezas. Fueron una veintena de clásicos -Uno siempre sabe donde está el final, Si no hubiera que correr, El peligro, El Dorado, Odio...-, pero faltaron muchos más, porque la lista de éxitos de Revolver es difícil de comparar con cualquiera otra del panorama musical nacional. Es así porque Carlos Goñi ha logrado tener mucho más que éxitos, tiene canciones queridas, con las que vuelas, aunque no se hayan encumbrado al top de superventas.

El concierto supo a poco, por supuesto, aunque interpretó cuatro canciones más en dos bises, porque él, con su grupo, se entregó y el público lo recompensó, brazos en alto, en una espectacular despedida.

¿Con qué me quedo? Quizás con esa oración para reivindicar y recuperar la dignidad de los parados, emotiva como nunca con Goñi solo a la guitarra y la armónica: «Sigo siendo el mismo hombre, con algunos años más, en la misma piel que un día, me obligasteis a arriesgar».

En agosto de 1995 Revolver tocó en Viveiro. Entonces un joven periodista iniciaba así la crónica en La Voz: «El artista valenciano se ha sabido forjar una imagen de seriedad, frescura e improvisación, que se amolda como un guante en un público deseoso de tener su particular Springsteen español. Y Carlos Goñi lo es. En un panorama musical donde casi todo es espejo y play back, se agradece la frescura de Revolver». ¡Como pasa el tiempo, Carlos! Ya ves, casi veinte años, pero hoy como entonces ese mismo periodista te sigue agradeciendo todos los momentos que nos continúas regalando cada vez que rasgueas tu guitarra.