Al final no era Juan Carlos I quien estaba comiendo en Ribadeo

José Francisco Alonso Quelle
JOSÉ ALONSO RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

Acudieron ocho escoltas, policía y Guardia Civil, pero nadie de la Casa Real

15 ago 2014 . Actualizado a las 15:02 h.

¡Menuda se montó ayer en Ribadeo! Se había anunciado en diferentes instancias -Club Náutico, Ayuntamiento...- que alguien de la Casa Real iba a ir a comer al restaurante San Miguel, en el muelle deportivo. Poco antes de las dos de la tarde la policía local acudió a una de las rotondas de acceso al casco urbano a acompañar a un vehículo oficial y a varios de los escoltas. Era un impresionante dispositivo que apuntaba a que alguien importante iba en la comitiva. Comenzaron los rumores... que si el rey Felipe VI, que si Juan Carlos I -el más insistente-, que si Froilán, que si Marichalar... Pero nadie lo confirmaba.

Poco después, en el muelle, junto al restaurante San Miguel, se contaban hasta ocho escoltas en cuatro coches. Poco a poco comenzaron a acudir periodistas de diferentes medios. Nadie quería perderse el titular: el Rey Felipe VI en Ribadeo.

El alcalde ribadense, Fernando Suárez, decidió ir al restaurante. Entró, se presentó y allí encontró a la única «autoridad». Se trataba de F. G., militante del PP. ¿Cuál es su relación con la Casa Real? Según algunas informaciones ejerce de enlace entre la Casa Real y el Gobierno del Estado. De hecho, durante su conversación con Fernando Suárez atendió una llamada de la vicepresidenta del gobierno.

La invitación para la comida había partido de un personaje relevante, Jorge Cosmen, presidente de Alsa, a quien no es raro ver de cuando en vez por Ribadeo. Según algunas fuentes, estaba previsto que asistiese alguien de la Casa Real -se cree que Juan Carlos I o incluso Felipe VI-, pero algo debió impedírselo. Al parecer así se lo comentó informalmente Jorge Cosmen a Fernando Suárez. En todo caso, es algo que entra ya en el capítulo de las especulaciones. El alcalde de Ribadeo se fue y la comida continuó, con Nicolás Gómez, Jorge Cosmen y, en otras mesas, los escoltas.

Muchos en Ribadeo no daban crédito a semejante dispositivo de seguridad. Y es que incluso no faltó el sonido de sirenas de un vehículo en el muelle. Al verlo, más de uno quedó pasmado.

Algo debió fallar. Solo así se explicaría el despliegue de personal y medios... aunque con estas cosas nunca se sabe.