Causan destrozos en la cafetería de la estación de autobuses de Foz

Inmaculada Eiroá González
INMA EIROÁ FOZ / LA VOZ

A MARIÑA

La propietaria de la cafetería de la estación de autobuses de Foz muestra los daños en la puerta.
La propietaria de la cafetería de la estación de autobuses de Foz muestra los daños en la puerta. p. losada< / span>

Rompieron la puerta y las máquinas; hace 15 meses sufrió otro robo

11 jul 2014 . Actualizado a las 07:05 h.

No hay delincuente peor que el que no sabe hacer su trabajo. Como muestra, lo que ocurrió en la cafetería de la estación de autobuses de Foz la noche pasada, donde uno o varios cacos, utilizando la fuerza bruta, causaron considerables destrozos para robar, aunque lo lograron a duras penas.

Pudiendo entrar por el hueco de un cristal de la puerta que todavía no ha sido repuesto desde el robo anterior, ocurrido hace unos 15 meses, optaron por destrozar tres puertas de aluminio que forzaron con una pata de cabra o palanca y además, rompieron otro cristal de un metro por metro y pico de dimensión al lado de la puerta donde ya estaba el hueco practicado desde aquella vez.

Y una vez dentro continuaron con los despropósitos, emprendiéndola a golpes con la máquina tragaperras y expendedora. A la primera la destrozaron por delante, pero no consiguieron llegar hasta el monedero y a la expendedora del tabaco le arrancaron las canaletas para robarle el tabaco (calculan que se llevaron unos 1.500 euros en cajetillas) pero tampoco fueron capaces de dar con los cajones del dinero. En metálico se llevaron unos setenta u ochenta euros que calculan había en el bote de las propinas.

Según explicaron, la encargada del local se enteró de lo ocurrido a las ocho de la mañana cuando la llamó la Guardia Civil, a quien a su vez había avisado una persona que estaba esperando el autobús y vio los destrozos, todavía sin cuantificar, aunque apuntan que nada más que los daños en las puertas pueden rondar los tres mil euros. La afectada, según explicó un allegado, está harta de los robos. En cinco años que lleva al cargo del bar de la estación le han entrado ya cuatro veces. Se queja de la escasa vigilancia y de la poca agilidad con que arreglan los daños (la instalación es del Concello).