La Sareb impide que la promotora Teodoro Moreda siga operando

Dolores Cela Castro
DOLORES CELA LUGO / LA VOZ

A MARIÑA

27 abr 2013 . Actualizado a las 07:05 h.

La promotora Teodoro Moreda, de Foz, no podrá cumplir su objetivo de seguir operando en el sector, pese a los intentos realizados para conseguir un convenio con sus acreedores. La junta se celebró ayer en el Juzgado Mercantil. La llave la tenía Caixa Galicia, dado que representaba más del 60% de los créditos ordinarios, cifrados en unos 116.000 euros, y para aprobarlo se necesitaba que dieran el visto bueno el 50%. La entidad no compareció en el acto.

Los créditos ordinarios, que eran los que tenían derecho a voto en la junta de acreedores, suponían 116.000 euros, frente a los hipotecarios que representaban 37 millones.

La fase siguiente será la de la liquidación de los bienes de la empresa mariñana, consistentes en 700 viviendas, repartidas en cuatro urbanizaciones en San Miguel de Reinante, Foz, O Vicedo y Cedeira, con un valor de mercado de unos 61 millones de euros. La mayor parte de las viviendas fueron financiadas por Caixa Galicia (ahora NGB) y fueron incorporadas al Sareb, o banco malo. También figuran entre los acreedores el BBV y Bankia.

La empresa mariñana intentó, hasta el último momento, llegar a acuerdos con los bancos con los que había suscrito créditos hipotecarios por 37 millones de euros. Con el BBVA llegaron a un compromiso para la comercialización de las viviendas que financió en el plazo de cinco años. Con Bankia, según fuentes consultadas, también hubo entendimiento, al igual que, inicialmente, con NCG Banco, que remitió un informe a la Sareb recomendando que aceptara el convenio. La Sareb, sin embargo, según fuentes consultadas, se opuso a la firma del convenio, que suponía la dación en pago de los pisos, lo que obliga a Teodoro Moreda a ir a la liquidación de la empresa.

Lo previsible, a partir de ahora, es que las viviendas salgan a subasta, pero no de forma individual, sino en lotes, probablemente por promociones. Los bancos harán valer sus derechos y se quedarán con los pisos, que tendrán que vender.

La empresa, que en el 2011 figuraba entre las 50 primeras de la provincia de Lugo en cuanto a facturación fue una de las víctimas de la caída del sector de la construcción, con una especial incidencia en la segunda vivienda.