El juez que trataba con el viento

A MARIÑA

El historiador mindoniense Eduardo Lence-Santar, fallecido hace medio siglo, dejó una amplia obra sobre temas gallegos

28 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Eduardo Lence-Santar y Guitián (1876-1960) bien puede ser una de las figuras más conocidas de Mondoñedo. El primer cronista oficial de su ciudad natal -cargo que ocupó en l largo período que va de 1917 a su muerte, de la que se cumplió medio siglo el pasado 14 de enero- no solo es conocido por sus numerosos trabajos, sino que además puede ser reconocido por los que lo trataron en vida y por generaciones posteriores debido a su inconfundible y más bien solemne aspecto.

Las largas barbas son hoy parte más bien indisociable del historiador cuyo cometido, en el que era capaz de compaginar la profusión de datos con un arrebatado amor por Mondoñedo, tenía la trascendencia de un fallo judicial. Efectivamente juez de la historia era Lence-Santar a tenor de lo que de él escribió Álvaro Cunqueiro: le correspondía «decidir, y sin apelación, lo que era memorable o no, lo que pasaba a los anales mindonienses o se dejaba al vendaval».

Con una larga vida, 83 años, y con Mondoñedo como escenario, desempeñó el papel de magistrado único en la corte suprema de la historia local sin el trance de la jubilación por edad ni la vanidad del que alardea de erudición. Por el contrario, en un artículo periodístico avanza su intención de profundizar en el conocimiento del pasado de la ciudad sin más objetivo que la divulgación colectiva.

Un contacto con los documentos del archivo municipal fue el estímulo que despertó una vocación cercana casi a la revelación: «(...) Y para que algún día pueda formarse la historia de nuestro pueblo, y por consiguiente enriquecer la de Galicia, aún cuando nuestros conocimientos son insignificantes, escasos para abordar felizmente cuestiones tan arduas y tanta importancia, nos proponemos en sucesivos artículos mencionar como buenamente podamos los ancesos y noticias que vayamos obteniendo en los fárragos y libros del mencionado archivo municipal».

Numerosas facetas

Su humildad, sin embargo, contrasta con su amplia tarea, cuyos trabajos se centraron en el municipio mindoniense pero también en la diócesis y en la antigua provincia. Aunque parte de su obra está diseminada en numerosas publicaciones periódicas, en algunos casos promovidas por él, títulos como Del Obispado de Mondoñedo , tres variados volúmenes publicados en vida del autor, o Etnografía mindoniense , selección de trabajos preparada por Armando Requeixo, nos revelan su amplio perfil: historiador, etnógrafo, folclorista, geógrafo, ornitólogo... Otras iniciativas -como Mondoñedo. Regreso al pasado , impulsada por José Isidro Fernández Villalba- contienen colecciones de artículos periodísticos

Fue, pues, juez de la historia. Y a la historia pasó por sus trabajos y por su amor a Mondoñedo sin que ningún viento, ni vendaval ni nordés, borre su huella en la ciudad que, como él escribió, está protegida por «el majestuoso Padornelo y la imponente Pena da Roca».