Hace alrededor de veinte años que Juan Antonio Estévez se formó en agricultura ecológica y unos quince que inició su trabajo en el campo. Pero no fue hasta que se hizo con la marca Torre de Baronceli y adquirió su maquinaria cuando comenzó a andar lo que ahora es Conservas do Támega. En su finca planta hortalizas y frutas y prepara todo tipo de conservas. Es más, el aumento de la demanda le ha llevado a tener que comprar a otros productores este tipo de alimentos ecológicos. La mitad de su producción se vende en Galicia y el resto en España, incluso sus conservas llegan a las Islas Canarias. E, indica, están a punto de iniciarse en la exportación. «Cada vez hai máis sitios onde se produce e merca este tipo de produtos, pero parece que en Galicia non despega. O problema é que a xente do campo non sabe moi ben como se traballa nisto. Hai que cambiar a mentalidade, porque é rendible», explica. Muchos, indica, tienen miedo a perder en producción. «Cren que sen botar produtos fitosanitarios as prantas morren e non é así. E, ademais, pensan que imos todo o día co sacho e tampouco é así. Hai maquinaria específica para este tipo de produtos». Tiene 53 años e indica que es de los mayores que se dedican a este tipo de cultivos en la provincia e incluso afirma que hay vecinos de Madrid, A Coruña e incluso Inglaterra que desarrollan este trabajo en Ourense. «O rural está abandonado e necesita de máis xente. Pero, sobre todo, máis técnicos, porque estanse a perder as sementes e as costumes antigas, por exemplo de botar esterco», relata. Afirma que lo ecológico tiene mucho futuro e indica que la mayor parte de los consumidores son personas que se interesan y saben lo que comen.
juan antonio estévez propietario de conservas do támega