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El Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica denuncia fraudes en el sector

Xoán Ramón Alvite Alvite
xoán ramón alvite REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

XABIER NOVO

En ferias y mercados se venden productos caseros como si tuvieran la certificación

26 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Diariamente se venden en Galicia multitud de productos con la característica de ecológicos que, en realidad, no lo son. Esto supone un fraude para el consumidor que está adquiriendo un alimento sin ningún tipo de control de procedencia y una competencia desleal para los verdaderos agricultores ecológicos que, además de pagar los costes de la certificación, tienen que cumplir unos controles y condiciones muy rigurosas para poder comercializar amparados por este marchamo de calidad.

Así lo denuncian desde el Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega). E incluso van más allá señalando la existencia de ferias y mercados supuestamente ecológicos y en los que la mayoría de los puestos de venta ni siquiera están inscritos en esta actividad. «Temos constancia da celebración de feiras ou mercados con distintas denominacións nos que se venden productos caseiros ou artesanais como se fosen ecolóxicos, o que representa un engano ao consumidor. Hai moitos agricultores que están aproveitando o tirón deste tipo de agricultura para intentar convencer ao cliente de que o seu é ecolóxico cando en realidade non dispón de ningún tipo de rexistro nin control que o avale. Hai casos nos que incluso o vendedor é unha persoa xubilada que nin sequera figura dado de alta en ningunha actividade», apunta José Antonio Fernández Álvarez, presidente del Craega que, pese a todo, sí reconoce los trabajos de la Administración para combatir este fraude.

«Cando existe unha denuncia a Administración si actúa con contundencia contra o infractor o que pasa é que, en moitas ocasións, nin se sabe quen son os responsables de determinados mercados nin o organismo do que depende facer os controis pertinentes, o que dificulta posibles denuncias dos consumidores que, na maioría dos casos non saben a onde acudir», apunta.

La falta de información parece ser la principal razón por la que muchas personas siguen sin diferenciar entre lo ecológico y las demás denominaciones o adjetivos que se añaden a determinados productos para hacerlos más atractivos al consumidor. Este hecho se confirma en el Segundo barómetro sobre la percepción y consumo de alimentos ecológicos en Galicia, elaborado por el propio Craega y del que se extrae que un porcentaje muy elevado de consumidores valoran de forma más positiva un alimento que se defina como «casero», «do país», «sano» o «natural» que el propiamente ecológico que, paradójicamente, está sometido a un mayor número de controles.

Galicia tiene 20.000 hectáreas certificadas, un 30 % más que hace un año, y 800 productores

Aunque habrá que esperar al mes de abril para conocer el balance final de la agricultura ecológica en Galicia durante el 2015, el presidente de la entidad, José Antonio Fernández Álvarez, confirma la tendencia de crecimiento que se viene repitiendo durante el último lustro.

Tanto es así que en el presente ejercicio el número de operadores se incrementó en un 10 % hasta situarse por encima de los 800 -más de la mitad ubicados en la provincia de Lugo- mientras que el aumento del número de hectáreas inscritas se cifra en alrededor del 30 %. Esto significa que, a día de hoy, Galicia dispone de más de 20.000 hectáreas certificadas como ecológicas, cuando hace veinte años, apenas tenían está consideración una docena.

A pesar de superar los 30 millones de euros anuales de facturación, de exportar la mitad de la producción al resto del estado e incluso a países como Alemania, Holanda y el Reino Unido, o de ser lideres en actividades como la leche -de Galicia sale la mitad del total certificado en España-, las conservas, la acuicultura o incluso la miel, la producción ecológica gallega todavía está lejos de alcanzar los niveles que se registran en otras comunidades autónomas como Andalucía, Castilla-La Mancha o Cataluña.