«Con el grupo Checopolaco he roto con mi timidez musical»

PACHO RODRÍGUEZ MADRID

CULTURA

JUlián Méndez, bajista de Los Planetas y fundador de Lori Meyers, llega a Galicia, la tierra de su padre y sus abuelos, para presentar «Clavulánico», el último trabajo de su nueva banda

05 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Detrás de Checopolaco hay un músico de Loja (Granada) con alma gallega. Para más señas, Julián Méndez (1985), bajista de Los Planetas y parte fundadora de Lori Meyers, es decir, un protagonista por derecho de la escena independiente. Méndez, junto a su hermano Alejandro (también alma mater de Lori Meyers), vivía la pasión musical de tierras granadinas junto con la de su padre, el coruñés Paco Méndez, entusiasta de las bandas gallegas desde los 60. Y así, aprendiendo en este caos perfecto, llega a Checopolaco, propuesta de alta calidad musical y letrística, en donde sale del cascarón uno de esos genios en la sombra que actúa hoy en Mardi Gras (A Coruña); mañana en la Sala Kunsthalle (Santiago); y el sábado en Clavicémbalo (Lugo) para presentar su nuevo disco, Clavulánico.

-Llega a Galicia, su segunda casa, ahora con Checopolaco. ¿Podría decirse que hay algo de especial en esta minigira?

-Por supuesto. Mis abuelos y mi padre son de A Coruña. Y en Galicia hay una afición musical muy importante. Se me juntan muchas cosas para que todo sea muy especial.

-¿Checopolaco nace de una necesidad suya de hacer música cien por cien personal?

-Sí. Me apetecía, pero siempre me costó abrirme a cantar mis canciones. Me parecían malísimas, comparadas con las que hacían mi hermano Alejandro o Noni [Antonio López] en Lori Meyers, o las de Los Planetas. Pero con Checopolaco he roto con mi timidez musical, y estoy satisfecho de, por fin, contar mis inquietudes, mis historias propias e inventadas.

-¿Se siente liberado?

-Voy muy bien arropado por la banda. Y me sirve para acabar con esa timidez que siempre tuve desde chico. En directo suena todo muy bien.

-Por cierto, sus canciones son muy directas, pero no huye de ritmos enrevesados.

-Siempre me han gustado cosas más allá de pop o rock, como la bossa, el flamenco... Tengo la sensación de que acabará gustándome todo.

-Por eso siente interés por lo que se hace en Galicia, ¿no?

-Mi padre nos ponía muchísima música de grupos gallegos. Y admiro y respeto mucho lo que se hace en Galicia. Esa tradición que hay es un gran valor cultural.

-Y cuando llega a Galicia, ¿cuál es su plan personal?

-Revivir un montón de recuerdos. Si voy en coche me gusta recorrer pueblos, y me doy cuenta de que he estado en la mayoría. Encuentras gente cariñosísima. Y me siento muy bien con el clima, el acento de las gentes. De pequeño me pasé los veranos en A Coruña, y por eso voy a lo típico, empanada, tortilla, pulpo... Es un espectáculo único llegar a Ortigueira o ir a la Costa da Morte. Por Vigo y Pontevedra, lo mismo.