El monstruo de la incertidumbre

GRADA DE RÍO

09 feb 2015 . Actualizado a las 10:05 h.

Las palabras están sobrevaloradas. Al menos, esa debe de ser la creencia que impera en el Celta, que por tradición y convicción, desde que Mouriño asumió el mando no es muy proclive a tomar la palabra. Prefiere actuar más que hablar, aun cuando dos frases bien dichas pueden sofocar incendios.

Ayer el presidente y el responsable de la parcela deportiva optaron por el mutismo. Evitaron analizar la situación que atraviesa el equipo, evitaron manifestarse sobre el entrenador, y evitaron lanzar los recurrentes mensajes de tranquilidad, a veces un tanto naif, a la afición. Quizás sea solo una estrategia de club, o quizás prefieran no abrir la boca para no ser esclavos de sus palabras el día de mañana. Eso sí, su silencio tiene un precio: avivar el monstruo de la incertidumbre.

Si lo que el Celta pretendía era apagar las dudas evitando entrar al trapo, el efecto que ha logrado ha sido el opuesto. Berizzo continúa en el ojo del huracán y la afición echa en falta que el hombre que maneja los hilos del club, su presidente, les lance un mensaje de tranquilizador. Las palabras no revierten situaciones, pero pueden servir de sedante.