Buenos Aires celebró a Galicia

agustín bottinelli BUENOS AIRES / CORRESPONSAL

GALICIA

La lluvia frustró el intento de conseguir el récord mundial de muiñeira

15 sep 2014 . Actualizado a las 12:09 h.

La ciudad de Buenos Aires organiza una serie de eventos especiales en los que dedica un día a un país o a una ciudad que tenga relación con su historia. Ayer, bajo el lema Buenos Aires celebra a Galicia, tuvo lugar una verdadera fiesta apenas empañada por una lluvia más molesta que fuerte. Para esta celebración viajaron a Argentina el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, y el obispo de Ourense, José Lemos Montanet.

El Día de Galicia sirvió para adornar la tradicional avenida de Mayo en el centro de la ciudad con más de 70 chiringuitos y escenarios en los que se pudieron degustar algunos platos de la cocina típica y ver danzas del folclore gallego. A lo largo de la calle, representando el Camino de Santiago, hubo puestos montados por cada uno de los centros regionales participantes. Justo al final de la Avenida -que recuerda a la Gran Vía madrileña-, en la Catedral Metropolitana, se celebró la misa, el primero de los actos de los festejos, en el que se incluyó una procesión del Apóstol Santiago como broche final. Fue el Camino de Santiago después lo que cobró protagonismo, con múltiplas acciones didácticas, lúdicas y expositivas sobre su importancia histórica, monumental, cultural y turística.

«Rianxeira» y muiñeira

Cientos de gallegos y sus familias llenaron la catedral y la avenida de Mayo donde disfrutaron, muchos con morriña, de música y bailes de su tierra, y hasta hubo una entonación colectiva de la popular Rianxeira. Como plato fuerte de la jornada, la colectividad gallega en Argentina se preparó para intentar batir un récord mundial e ingresar en el Libro Guinness de los Récords con la muiñeira con más participantes del mundo. Para hubo más de 600 bailarines ataviados con sus trajes tradicionales y 300 músicos representando a instituciones gallegas radicadas en Buenos Aires, La Plata, Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Santa Fe, y Puerto San Julián. Más de un centenar de voluntarios dinamizaron esta actividad y se propusieron documentar el baile multitudinario mediante fotografías panorámicas. Para obtener una constancia fidedigna del acto, la colectividad gallega dispuso incluso de un dron para filmar a los bailarines. Todo estaba preparado. Sin embargo, en el último momento la lluvia y un viento destemplado dispersaron a los participantes por las calles aledañas y muchos se refugiaron en bares o en sus vehículos, por lo que fue imposible convocar a los participantes a pesar del denodado esfuerzo de los organizadores.