La Eurozona busca sellar un acuerdo entre Grecia y sus acreedores privados

María Lorente / Afp

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Atenas tiene los días contados, el 20 de marzo debe pagar el vencimiento de una deuda por 14.500 millones de euros.

23 ene 2012 . Actualizado a las 20:25 h.

Los ministros de Finanzas de la Eurozona buscan este lunes en Bruselas sellar un acuerdo que le permita a Grecia, al borde de la quiebra, reducir su deuda con la banca privada, y afinan el plan europeo anticrisis, bajo la gigantesca presión de «evitar el contagio de la crisis» en el mundo entero.

La directora general del Fondo Monetario internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió que si no hay una reacción vigorosa de los gobiernos europeos, «corremos el riesgo de hundirnos en un episodio digno de los años 30», cuando la grave crisis económica generó en el continente un amplio movimiento proteccionista y nacionalista, facilitando la emergencia del fascismo.

Sin embargo, la Comisión Europea dijo que espera que se alcance un acuerdo para reducir la deuda griega, «preferentemente esta semana», extendiendo el plazo de este lunes que inicialmente había previsto.

Los ministros de la Unión Monetaria, integrada por 17 países de la Unión Europea, se reúnen en Bruselas luego de que el representante de la banca internacional, Charles Dallara, dijera que los acreedores privados de Grecia presentaron su oferta «máxima» sobre lo que están dispuestos a soportar como pérdida.

El objetivo de la negociación en Atenas era que los banqueros aceptaran voluntariamente condonar 100.000 millones de euros de deuda pública griega para evitar una quiebra desordenada del país. La idea es reducir el peso de la deuda del 162% (350.000 millones de euros) del Producto Interior Bruto (PIB) al 120% en 2020, mediante un canje de bonos.

Pero aún queda resolver el interés de los nuevos títulos que emitirá Grecia dentro de ese canje, y la magnitud exacta de las pérdidas que sufrirán los bancos.

Del resultado de esas negociaciones depende además el desbloqueo de 130.000 millones de euros de un segundo plan de rescate para Grecia por parte de sus acreedores institucionales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea.

Y Grecia ya tiene los días contados: el 20 de marzo debe pagar el vencimiento de una deuda por 14.500 millones de euros.

Las reuniones de los ministros de Finanzas, que continuarán el martes, sumadas a la cumbre de dirigentes europeos del 30 de enero, son consideradas cruciales para acelerar la salida a la crisis de la deuda soberana europea.

Pero aún quedan varios asuntos espinosos por resolver. Entre ellos algunos formales como el sucesor de José Manuel González-Páramo, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, cuyo puesto vence en mayo.

El ministro de economía español Luis de Guindos propondrá a Antonio Sáinz de Vicuña, el director del Servicio Jurídico del BCE, para sustituirlo. Pero tiene fuertes rivales, entre ellos el gobernador del Banco Central de Luxemburgo, Yves Mersch. Aunque España ha ocupado tradicionalmente un lugar en esta junta, la crisis en la que se encuentra el país puede pasarle factura.

Los ministros y dirigentes europeos afinan la puesta a punto de un pacto fiscal para la Eurozona y los países europeos que quieran adherirse, que prevé un riguroso control del déficit (no podrá ser superior al 0,5% del PIB) y de la deuda.

De lo contrario, los países europeos podrán denunciar a los infractores ante el Tribunal de Justicia Europea. Según la última versión de este pacto de disciplina fiscal, sanciones automáticas se aplicarán contra los países incumplidores (multas de 0,1% de su PIB).

El nuevo acuerdo, decidido por los 27 países de la Unión Europea (UE), salvo Gran Bretaña, en la cumbre europea de diciembre, prevé además que sólo los países que ratifiquen el pacto puedan recurrir al Fondo de rescate permanente, uno de los principales cortafuegos que los europeos tienen para salir de la crisis de la deuda.

Con una dotación inicial prevista de 500.000 millones de euros, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) podrá ser utilizado para ayudar a grandes economías amenazadas como Italia o España.

Para la zona euro, «sería muy útil un aumento sustancial de los recursos reales actualmente disponibles, para el FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera) y luego el MEDE, aumentando la talla de éste último», sugirió Lagarde.

De lo contrario, Italia o España pueden sufrir una «crisis de solvencia», advirtió.