Oficiales del «Costa Concordia» se amotinaron para evacuar el barco

María Signo ROMA / CORRESPONSAL

FIRMAS

La jueza ordena el arresto domiciliario del capitán, que dice que salvó miles de vidas.

18 ene 2012 . Actualizado a las 10:32 h.

«No abandoné el barco». El comandante Francesco Schettino, capitán del crucero naufragado Costa Concordia, volvió a insistir ayer en su inocencia, asegurando que ha salvado «centenares, miles de vidas», durante su primera comparecencia ante un tribunal. Sobre su decisión de no obedecer la orden de volver al barco se justificó: «El barco estaba escorado 90 grados. No podía subir a bordo».

Después de tres horas de interrogatorio, la jueza Valeria Montesarchio ordenó el arresto domiciliario del capitán por los delitos de homicidio culposo múltiple, abandono del barco y naufragio, que le pueden acarrear 15 años de prisión. Dejará la cárcel, ya que se considera que no existe riesgo de fuga.

Ante la total inoperancia del capitán durante hora y media después del choque se produjo un motín a bordo entre los oficiales para iniciar la evacuación, afirma La Repubblica. Iniciadas las operaciones, las conversaciones entre Schettino y la Capitanía de Livorno dejan claro que el capitán del Costa Concordia intentó engañar sobre la situación real del barco y fingió coordinar la evacuación, cuando en realidad ya estaba en tierra. Pocos minutos después, tras asegurar que estaba «coordinando» la operación, reconoció «No podemos subir a bordo». A la 1.46, capitanía le dio la orden de volver al barco, pero nunca lo hizo.

Más víctimas

El número de muertos asciende ya a once, tras localizarse ayer cinco cuerpos con los chalecos puestos en la zona sumergida de la popa, muy cerca de donde se halló a la única víctima mortal española. Tras el baile de cifras del lunes, Protección Civil confirmó que los desaparecidos son 29: 14 alemanes, seis italianos (entre ellos una niña de 5 años), cuatro franceses, dos estadounidenses, un húngaro, un indio y una peruana.

Los bomberos están usando cargas explosivas para abrir huecos por donde acceder a las zonas aún no inspeccionadas. Queda una tenue esperanza de hallar supervivientes en un compartimento no anegado.