La transición egipcia, en peligro

c. de Roquefeuil, B. Delgado EL CAIRO / AFP, EFE

INTERNACIONAL

El Gobierno interino presenta en bloque la renuncia a la Junta Militar después de tres días de enfrentamientos entre policías y manifestantes que han dejado una veintena de muertos

22 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

A una semana de las primeras elecciones legislativas de la era post-Mubarak, Egipto afronta una grave crisis que amenaza con descarrilar la transición política. La tensión es máxima. El Gobierno interino presentó su dimisión a la Junta Militar, el consenso político se ha fracturado y la violencia se ha instalado en El Cairo, donde ayer prosiguieron los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden que dejaron más de una veintena de muertos y 1.700 heridos en tres días.

Un portavoz del Gobierno de de Esam Sharaf informó que la renuncia se presentó el domingo ante «las circunstancias difíciles que atraviesa el país». El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, en el poder desde la caída de Hosni Mubarak en febrero, rechazó anoche la renuncia del Gabinete, informó la televisión pública egipcia citando una fuente militar.

Por la mañana, el ministro de Cultura, Emad Abu Gazhi, confirmó que había presentado su dimisión en protesta por la gestión de los enfrentamientos.

Decreto urgente

La crisis tiene como blanco directo a los militares y a su jefe, el mariscal Huseín Tantaui. En un intento por mitigar las protestas, la Junta Militar publicó ayer un decreto que impide concurrir a exmiembros del disuelto partido de Mubarak a las próximas elecciones, una de las principales reivindicaciones de activistas y partidos. El decreto prohíbe a los llamados fulul (remanentes del disuelto PND) votar o presentarse a candidato durante cinco años. Tampoco podrán desempeñar cargos públicos o cualquier empleo en empresas sometidas al Estado, y los acusados de corrupción no podrán pertenecer a ningún partido.

Hay dudas sobre el inicio el lunes de las elecciones legislativas. La conferencia de prensa que debería detallar ayer el proceso electoral se aplazó sin fecha. Mientras, varias personalidades, incluido el premio Nobel y exdirector del OIEA Mohamed el Baradei, exigen un Gobierno de salvación nacional y que el Ejército fije una agenda para traspasar el poder a los civiles, lo que implicaría celebrar elecciones presidenciales antes que legislativas.

Pero los Hermanos Musulmanes se oponen a postergar la cita electoral del lunes, por considerar que parten con ventaja. También los militares descartan aplazar la fecha.

La policía y el caos se han convertido en los principales enemigos de los activistas que desde hace tres días intentan hacerse oír por encima de la confusión que reina en El Cairo. En los alrededores de la plaza Tahrir, miles de manifestantes respondieron ayer de nuevo con piedras a los gases lacrimógenos, balines y pelotas de goma que disparaban los agentes de seguridad, aunque por momentos se dieron pequeñas treguas que no tardaron en romperse.

Un amplio número de policías custodiaban el Ministerio del Interior, en tanto que el principal foco de tensión seguía siendo la calle que lleva a este edificio gubernamental desde Tahrir. De allí procedían muchos de los disparos que durante el día se escucharon en la plaza, epicentro de la revolución, que sigue tomada por los manifestantes.

La ONU, Estados Unidos, España, Alemania y el Reino Unido mostraron su preocupación por la violencia.

Texto