La represión de Al Asad colapsa con miles refugiados la frontera turca

Nicolas Cheviron GUVECCI, DAMASCO / AFP

INTERNACIONAL

El balance oficial de acogidos es de 4.600, pero el número de desplazados es mucho mayor

12 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Miles de sirios que huyen de la violencia y la represión en su país se congregan a lo largo de la frontera con Turquía. Según el último balance oficial, 4.600 han cruzado la frontera, pero el número real de personas desplazadas es probablemente mucho mayor.

Frente al pueblo turco de Guvecci, en la provincia de Hatay, cada bosque, cada huerta del lado sirio de la frontera alberga tiendas de campaña y cabañas artesanales, con grupos de niños que juegan entre el polvo. Las motos, los automóviles y los pick-ups se cruzan, trayendo a los recién llegados.

Niños y adolescentes ya se han convertido en expertos en pasar a través de las alambradas e ir a comprar pan a Guvecci, pañales para bebés y otros bienes de primera necesidad, corriendo el riesgo de ser detenidos por los gendarmes turcos.

Esta muchedumbre, repartida en grupos de varios centenares de personas, duda no obstante en pasar del otro lado, pese a que tres campamentos, que ya albergan a 4.600 refugiados, han sido instalados por la Media Luna turca, en Yayladagi, Altinözü y Boynuyogun.

La violencia asola Siria tres meses después del inicio de la revuelta popular. El régimen de Bashar el Asad parece dispuesto a seguir la represión, en acciones calificadas de «atroces» por la vecina Turquía y «espantosas» por la Casa Blanca. Mientras los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no se ponen de acuerdo sobre una resolución que condene esta represión, EE.?UU. exigió que cesen inmediatamente la violencia y la brutalidad».

Las críticas al régimen sirio no proceden solamente de Gobiernos: más de quince ciudades de todo el mundo, entre ellas París, Montreal y Nueva York, se asociaron ayer en una jornada mundial en favor de Siria.

Ayer, el Ejército sirio se encontraba en la entrada de Yisr al Shughur, en la provincia de Idleb, fronteriza con Turquía. El régimen había anunciado el viernes una operación militar «a petición de los habitantes». En esa ciudad, de 50.000 habitantes, «todo el mundo se ha ido, ya no queda nadie», afirmó Abu Talal, un campesino de 45 años, instalado con su familia en una colina desde la que se domina la frontera turca.

La televisión estatal acusó a «grupos terroristas armados» de haber atacado un cuartel general de las fuerzas de seguridad en Maaretal Numan, y de haber prendido fuego a las cosechas en torno a la cercana ciudad de Yisr al Shugur. Pero varios testigos acusaron a los soldados de haber incendiado los campos de trigo de la zona.

La televisión estatal siria aseguró ayer que el Ejército ha detenido a «dos grupos de dirigentes terroristas» en las cercanías de Yisr al Shugur, e incluso entrevistó a habitantes de la zona, que agradecieron la labor de los militares e insistieron en que bandas armadas se habían hecho con el territorio.