Los ultras finlandeses ponen en jaque el plan financiero de la UE

helsinki / agencias

INTERNACIONAL

Ganan 34 diputados y se convierten en la tercera fuerza del Parlamento

18 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El ultraderechista y antieuropeo Verdaderos Finlandeses fue la tercera fuerza más votada en las elecciones legislativa celebradas ayer en Finlandia. Su espectacular e inédito avance en las urnas pone en peligro el plan de rescate financiero de la Unión Europea para Portugal.

Con el 96,7% escrutado, el partido conservador Kokoomus del ministro de Economía, Jyrki Katainen, gana las elecciones con un estrecho margen. Fue votado por el 19,9% del electorado y logra 43 de los 200 escaños del Eduskunta (Parlamento), uno más que el Partido Socialdemócrata, que recibió el 19,2% de los sufragios.

El gran vencedor fue Verdaderos Finlandeses, liderada por el eurodiputado Timo Soini, que con el 19,1% de los votos logró 39 diputados. Es decir quintuplica el porcentaje de votos con respecto a las elecciones del 2001 (4,1%) y consigue 34 diputados más. «Esta es una gran victoria, es el triunfo del sentido común de los finlandeses, que no quieren seguir gobernados por los mismos viejos partidos que llevan décadas en el poder», afirmó un exultante Soini.

En cambio, los votantes castigaron con dureza al gobernante Partido de Centro de la primera ministra, Mari Kiviniemi, que retrocedió siete puntos y logró 35 escaños, 17 menos que en las anteriores elecciones. El espectacular avance de la ultraderecha complicará las negociaciones para la formación del próximo Gobierno y tendrá repercusiones en toda la Unión Europea, ya que el partido se opone frontalmente a contribuir a nuevos rescates financieros.

Soini aseguró durante la campaña que no formaría parte de una coalición que dé luz verde al rescate de Portugal, un país que, en su opinión, no ha sabido gestionar sus cuentas públicas, y afirmó que España e Italia pueden ser los siguientes en pedir ayuda a Bruselas.

Veto en la eurozona

Un Gobierno finlandés hostil podría vetar cualquier rescate, ya que este debe ser aprobado por unanimidad por los diecisiete miembros de la eurozona.

Durante la campaña, los conservadores, el centro y los socialdemócratas ya dijeron que estaban dispuestos a una cooperación con la extrema derecha. También Timo Soini se mostró dispuesto a colaborar con ellos.

El avance ultra que pronosticaban los sondeos animó a los abstencionistas a acudir a las urnas, y la participación alcanzó el 70,4%, 2,5 puntos más alta que en las anteriores legislativas.

Al electorado le convenció su discurso euroescéptico, nacionalista y antiinmigración resumido en la consigna «los finlandeses primero», acompañado además de una política socioeconómica de izquierda.