«Tomar yoduro potásico sin necesidad es un riesgo»

Alejandro Posilio MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

Este experto señala que existe un mercado negro con este producto, que se da a los contaminados con radiactividad

26 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Rafael Herranz, oncólogo, de 67 años, dirige la única unidad activa de radiopatología y radioprotección que hay en España, en el Hospital Gregorio Marañón (Madrid), para tratar a personas que pudieran resultar contaminadas o expuestas a radiaciones ionizantes a causa de cualquier accidente nuclear o radiológico.

-¿Hay mercado negro con el yoduro potásico que se da a los afectados por la radiación?

-Sí. En China se ha producido porque se corrió la voz de que con sal yodada se podía prevenir, y se han llegado a producir graves problemas de salud por su abuso, porque lleva cloruro sódico, lo que ha inducido algunos comas. Y en EE.?UU. hay personas que se están bañando con solución de sodio, de la que se utiliza para desinfectar heridas. Es una barbaridad.

-¿En España se ha producido algún caso de estos?

-No, para nada. No tiene por qué. Aquí nos llega lo que a todos, la basura radiactiva que hay en la atmósfera y que existe de siempre, aunque se incrementa ligeramente con estos sucesos. Es conocido que en Galicia hay radón suficiente como para estar rodeado de material radiactivo, pero el cuerpo se adapta a esto.

-¿Si alguien toma este tipo de pastillas sin estar contaminado, qué puede ocurrir?

-El yoduro potásico no es inocuo. Lo que hace es alterar la función del tiroides. A una persona se le debe de dar cuando es un mecanismo preventivo ante una emisión de radiactividad, para bloquear su tiroides, que esté saturado y el yodo radiactivo que se incorpore al cuerpo se pueda eliminar por la orina. Tomar yoduro potásico sin necesidad es un error y un riesgo, porque no es la misma dosis para todos, depende de la edad y de si previamente tiene una patología tiroidea.

-¿Las autoridades japonesa han tomado las medidas correctas?

-La estructura que han montado de manera inmediata para prevenir efectos es la adecuada. Primero se alejó a 80.000 personas en un radio de 30 kilómetros, con un orden perfecto. No me imagino en España una cosa igual. Segundo, se ha repartido yoduro potásico según las necesidades de cada uno. Y tercero, los han metido en sus casas y les han dicho lo que comer.

rafael herranz jefe de oncología radioterápica del marañón