Daniel Ortega y Fidel Castro se desmarcaron de la lluvia de condenas internacionales a Gadafi. Mientras, Hugo Chávez, otro de sus grandes aliados, no ha abierto la boca. El presidente de Nicaragua dijo ayer de madrugada que había hablado por teléfono con el líder libio para expresarle su solidaridad por su «lucha por mantener la unidad» del país. «Está buscando dialogar para defender la integridad de su nación», aseguró Ortega, solo horas después de que cazas libios bombardearan a los manifestantes opositores.
En la prensa oficial, Fidel Castro puso en duda la veracidad de las noticias sobre la sangrienta represión y apuntó que EE.UU. busca una justificación para invadir el país y hacerse con el control de su petróleo.
China evitó cualquier condena y se limitó a decir que está muy preocupada por la inestabilidad social.